La tía de 85 años de Erik y Lyle Menéndez, Terry Baralt, fue hospitalizada después de que la fiscalía mostrara imágenes gráficas de la escena del crimen en la audiencia de los hermanos, según informó la familia.
Los familiares criticaron duramente a la Fiscalía del Condado de Los Ángeles por su “cruel” presentación en el tribunal el viernes y afirmaron que están tomando medidas formales para exigir que la fiscal Nathan Hochman sea excluida del caso.
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Lyle y Erik Menéndez, quienes cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato en 1989 de sus padres, José y Kitty Menéndez, luchan por su liberación tras 35 años tras las rejas. Más de 20 de sus familiares presionan por su liberación, argumentando que sufrieron abusos terribles, admitieron su culpabilidad y se disculparon, y han aprovechado sus décadas en prisión para ayudar a otros.
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Terry Baralt, hermana de José Menéndez, lucha contra el cáncer de colon. Pero viajó desde su casa en Nueva Jersey a Los Ángeles para apoyar a sus sobrinos en la audiencia, donde, según la familia, se vio obligada, sin previo aviso, a presenciar imágenes espeluznantes, incluyendo el cuerpo de su hermano.
“Ningún dolor físico le ha impedido estar presente para sus sobrinos”, declaró la familia el domingo. “Pero el espectáculo que montó la fiscalía la llevó al límite”.
Baralt fue encontrada inconsciente el domingo por la mañana y hospitalizada en estado crítico, declaró la familia.
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“Estamos devastados”, declaró la familia.
“Es posible que Terry no se recupere de lo que le hicieron, y de lo que nos hicieron a todos, en ese tribunal”, declaró la familia. “Merecemos algo mejor. Creemos firmemente que si la fiscalía hubiera mostrado siquiera un gesto de consideración hacia nosotros, como víctimas, no estaríamos esperando un día más con Terry ahora mismo”.
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La familia afirmó que la exhibición gráfica violaba la Ley Marsy (la declaración de derechos de las víctimas de California), señalando específicamente que esta establece que una víctima tiene derecho a ser tratada con justicia y respeto y a estar libre de intimidación, acoso y abuso.
La fiscalía se disculpó por no haber avisado con antelación y declaró el domingo: “Nunca pretendemos causar angustia ni dolor a las personas que asisten a una audiencia judicial”.
“Sin embargo, estas audiencias, por diseño, buscan ser un espacio donde la verdad, por dolorosa que sea, salga a la luz”, añadió la fiscalía. “Esa verdad comienza con la brutalidad abyecta y la premeditación de los propios asesinatos... Nunca ha habido objeción a describir con palabras esta conducta brutal y asesina, ni nadie objetó a esta fiscalía cuando se mostraron recientemente imágenes de la escena del crimen en un documental de Netflix”. (I)