Sí. Nosotros sabemos cuál sería la primera pregunta que le haría a Raúl Santana, recordado por su rol de Chichico en EnchufeTV, si lo tuviera enfrente. Y no, no va a volver pronto a la actuación.

Y él está muy feliz con esa decisión.

A sus 35 años, y luego de haber pasado 13 de ellos actuando, Raúl ha decidido explorar otros matices de su mente creativa que siempre lo acercó a la música, al cine, a la producción y a la creación de modelos a escala de aviones.

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Esa afición suya por la aviación fue incluso motivo de las bromas que le jugaban sus excompañeros de EnchufeTV durante las grabaciones. “Cuando grabábamos en exteriores y pasaba un avión, me volteaban a mirar y me preguntaban qué tipo de avión era, y yo les contestaba; pero, como no me creían, les mostraba una app con la que puedes rastrear los vuelos y era el modelo de avión que les había dicho”, recordó para este Diario.

Para Raúl, los aviones son tan magníficos como el recuerdo de él, junto a su padre, sentados en una heladería cerca de la pista del antiguo aeropuerto de Quito, viendo las aeronaves despegar.

“Íbamos todos los fines de semana y yo podía quedarme horas viendo los aviones. Sordo, pero feliz de verlos”, comparte este papá perruno de tres rescatados.

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Raúl versus Chichico

Raúl también quiere que lo conozcan fuera del personaje que lo catapultó a la fama, el tímido Chichico, construido años atrás de la mano de Jorge Ulloa y otras brillantes mentes de EnchufeTV.

Bastaron cinco minutos en el sketch titulado Cordones, te dije cordones para inmortalizarlo. El clip supera hoy las 61 millones de vistas en YouTube.

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“Ese día nació Chichico, incluso su forma de hablar. Con Jorge decidimos que él hablaba con las manos porque yo sé hablar en lenguaje de señas y lo incorporamos. También se decidió el vestuario y el maquillaje; yo me veía mucho más joven en ese entonces, y con maquillaje ya era de porcelana”, dice riendo. “Cuando terminamos de grabar, ya existía el personaje, ya era Chichico”.

La fama naturalizó que la gente comenzara a llamarlo Chichico y a esperar que en la vida real Raúl fuera igual de gracioso que su personaje. Lo cierto es que Raúl es mucho más tímido y serio.

“Yo soy serio”, recuerda, como uno de los rasgos personales que quizás sorprendieron a muchos cuando entró como participante en MasterChef Celebrity Ecuador.

“Estaba muerto de pánico. En los primeros episodios yo ni hablaba. Pero la gente cree que, si eres actor, entonces debes ser extrovertido, y no. Además de que estaba con un montón de personas que no conocía”, confiesa. “Pero eventualmente creo que me fui soltando y el público me fue conociendo; aprendieron más de mí y pudieron verme en una faceta donde no era un personaje, sino que era yo mismo, y me gustó mucho”.

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Sin embargo, entre sus intereses tampoco está abrir un restaurante en el futuro, aunque sí ha decidido crear contenido gastronómico junto con Sergio, el Heladero, y que ya está disponible en su cuenta de Instagram. El dúo fue apodado como Bebote y Camotito durante el show.

Recientemente, Raúl estuvo también presente en la inauguración del nuevo local de Sergio en la González Suárez, frente al Hotel Quito.

En paz con su personaje

Lejos de querer ‘sacudirse’ la etiqueta de Chichico, Raúl agradece que su rostro esté vinculado a un personaje que le recuerda al público buenos momentos, cuando estuvieron contentos y se rieron a carcajadas viendo su actuación.

“No todos tenemos la oportunidad de crear algo icónico y que marque a tantas personas, a tantas generaciones y en tantos lugares en el mundo. Entonces, he decidido verlo de esa manera”, afirma. “Soy de las pocas personas que pueden decir cómo tengo un personaje que la gente va a reconocer por siempre y que, cuando me vean, van a volver a vivir esas emociones que Chichico les hizo sentir cuando lo vieron por primera vez, y eso es un privilegio como artista”.

Raúl tiene claro el temor que existe en el círculo artístico sobre la posibilidad de encasillarse en un rol, pero asegura haber hecho las pases con esa posibilidad. “Yo no me encasillo; la gente lo hace. Pero si encasillarme significa que, cuando alguien me vea revivirá la alegría de cuando vio uno de los sketches, yo prefiero quedarme con eso, porque para eso hago lo que hago, para provocar algo en las personas”.

Sin embargo, no niega que en los primeros días sí le resultó abrumadora la reacción de las personas que se acercaban a él esperando que ‘actuara’ como Chichico.

Enchufe es un capítulo increíble de mi vida. Increíble. Fue un privilegio, fue el mejor trabajo del mundo y me dio las mejores experiencias que he tenido hasta ahora personalmente y artísticamente hablando. Fue una escuela, fue mi familia. Hubo mucho amor y cariño, aunque obviamente no todo es color de rosa, pero ha sido un regalo y una bendición el ser parte de ese proyecto”.

Raúl no ha cerrado la puerta a volver a aparecer en una nueva producción, siempre y cuando sea como Chichico.

Conociendo a Raúl

Si hay algo que usted debe saber de él es que vive sumergido en el arte, en cualquier manifestación. Aunque no puede quedarse mucho tiempo en una misma actividad.

“Por eso, pasé más de una década actuando y ahora necesito hacer otra cosa artística: música, actuación, producción, dibujo, pintura, escultura, manualidades, lo que sea. Así es como se expresa Raúl”.

También es amante de varios platos típicos, como los cangrejos, el cebiche blanco, la fritada y el mote con chicharrón.

Y lo invitan como conferencista a varias instituciones educativas para que comparta su camino al éxito, aunque él asegura que no existe un atajo.

“Algo que me pasaba a mí y que les pasa a quienes están en el colegio ya saliendo hacia la universidad, o que ya están en la universidad y están preocupados por su vida, es que nos enfocamos absolutamente en el resultado, en el objetivo, y no disfrutamos de los procesos”, dice.

“Puede que me vean exitoso, pero tuve que trabajar día a día en el set de Enchufe. Todos los trabajos que pueden hacerse en una filmación yo los hice, y quizás ese sea el secreto: entregar lo mejor de ti y a veces hacer sacrificios (...). En un tiempo en el que estamos acostumbrados a la inmediatez, a tener lo que queremos en minutos, hay que recordar que eso no aplica a los grandes logros de vida”.

Por ahora, Raúl seguirá disfrutando de cada paso en su camino.