Uno de los eventos más importantes de la realeza británica ocurrió hace 43 años: la boda de Diana y Carlos, en ese entonces príncipes de Gales. Lady Diana Spencer tenía 20 años y el príncipe Carlos, 32, cuando se casaron el 29 de julio de 1981 en una ceremonia que los medios denominaron como ‘la boda del siglo’.

Ciertamente, fue la boda de más alto perfil del siglo XX: más de 750 millones de televidentes de 74 países se plantaron frente a sus televisores a ver la transmisión en vivo del acontecimiento que tuvo lugar en catedral de San Pablo, en Londres, y contó con más de 3.500 invitados.

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Ese no fue el único récord del enlace nupcial. La fecha marcó por primera vez en 300 años el matrimonio de un “plebeyo” con un heredero del trono.

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Carlos, actual rey de Reino Unido, y Diana, fallecida en 1997, se habían comprometido 5 meses antes de la boda. También anunciaron su compromiso a nivel nacional en una entrevista especial para la BBC que Lady Di después confesó le había resultado traumatizante. Cuando el entrevistador le preguntó al entonces príncipe si estaba enamorado, él atinó a responder: “Lo que sea que signifique el amor”, después de que ella respondiera encantada que por supuesto estaba enamorada.

En esa entrevista, Diana estrenó su anillo de compromiso, valorado en ese momento en 47,000 libras. Consistía en el famoso diseño tipo flor que en el centro tiene un zafiro azul ovalado rodeado de diamantes, todo sobre un aro de oro blanco de la joyería Garrard. Se consideró un anillo inusual para la realeza, porque no estaba hecho a la medida. Se se inspiró en el broche que la reina Victoria usó el día de su boda.

El inolvidable vestido real de la princesa estuvo a cargo de los entonces esposos David y Elizabeth Emanuel. Se confeccionó el traje con tafetán de seda color marfil e incorporó una enorme enagua hecha con 90 metros de tul. El diseño captó la atención de los fanáticos de la realeza por sus múltiples detalles: volantes y lazos en el escote y los puños, así como 10.000 perlas y lentejuelas para un acabado brillante.

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Además, se completó el look nupcial con la cola más larga en la historia real: 25 pies (8 metros).

Saltándose la tradición real, la princesa Diana decidió lucirr una tiara que pertenecía a su padre, John Spencer. (E)

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