Por años el castillo de Windsor ha sido ese espacio de completa relajación para la reina Isabel II, aquí pasaba sus fines de semana, la Semana Santa y desde la pandemia fue su refugio junto a quien fue su esposo, Felipe de Edimburgo (1921-2021). Desde ahora, este valioso lugar de la monarca es su residencia definitiva.
La reina Isabel II abandona Buckingham definitivamente
La reina abandona el palacio de Buckingham, compuesto de 77.000 metros cuadrados, 775 habitaciones, más de 1.500 puertas y 760 ventanas, para sumergirse definitivamente en la localidad de Windsor, situada a una hora de Londres; y cuya estructura se posiciona en medio de unos verdes valles, naturaleza, animales y lejos del bullicio de la ciudad.
Este martes, ya hizo su primera tarea presencial -desde que contrajo el covid-19-, recibiendo al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
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Desde la infancia este castillo ha sido ese espacio de consuelo de la reina. Pero, ¿qué lo vuelve tan especial?, pues muchos son los motivos que hacen de este lugar el favorito para Isabel II.
En su adolescencia se convirtió en su refugio, luego que sus padres el rey Jorge VI y la reina Elizabeth I, la mantuvieran aquí junto a su hermana, la princesa Margarita; esto con la finalidad de mantenerlas a salvo de los bombardeos sobre Londres, durante la II Guerra Mundial.
Mientras su padre permanecía en la ciudad, ella y la hermana se mantenían confinadas en el castillo con su niñera, mentores, y parte del personal de servicio. En este espacio la joven heredera estudió, montó a caballo y jugó con su hermana menor.
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En el 2002 se convirtió en la última morada de Reina Madre, quien murió de una bronquitis a los 101 años; sus restos fueron enterrados en la capilla de San Jorge (que es parte castillo), junto a su esposo, Jorge VI, y las cenizas de su hija Margarita.
Mientras que en el 2005 fue donde se celebró la boda de Carlos de Inglaterra y Camilla Parker-Bowles. Y años más tarde donde se casaron Enrique y Meghan Markle.
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Isabel II desea que Camilla Parker Bowles se convierta en reina consorte
Otro de los motivos del gran significado de este enclave, que mandó construir en el siglo XI Guillermo I, es que la soberana tiene muy cerca a dos de sus cuatro hijos. Mientras que el príncipe Andrés vive en el Royal Lodge, en la misma finca de Windsor, el príncipe Eduardo se encuentra a escasos kilómetros, en Bagshot Park.
Windsor también ha sido ese lugar donde se acoge a los altos mandatarios que han visitado el Reino Unido; Joe Biden, Donald Trump, Nicolas Sarkozy o Ronald Reagan, entre ellos. Aquí también se celebra la ceremonia más solemne la monarquía británica: la imposición de la Orden de la Jarretera.
Pero no todo ha sido felicidad en este sitio, a finales del año 1992 un incendio en sus torres consumió parte del lugar, que alberga centenares de obras de arte. Es por esto que ese año fue calificado por la reina como “annus horribilis” (“año terrible”); pues a este acontecimiento ya se habían sumado los divorcios de sus hijos Carlos y Andrés. ”1992 ya no será un año que yo recordaré con una alegría sin tacha”, dijo en aquel entonces.
Más allá del valor sentimental, su cambio definitivo se debe a una búsqueda de comodidad, pues Buckingham aún se encuentra en remodelación -probablemente hasta 2027-. Entre otras cosas, se está cambiando su instalación eléctrica y sus tuberías, que data de los años cuarenta.
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Con este nuevo giro, Isabel II, quien lleva 70 años en el trono, abandona la que ha sido la residencia real desde 1837. El deseo de la Reina es no volver al centro de Londres y quedarse definitivamente en el condado de Berkshire. (I)
