El español Sergio del Molino, Premio Alfaguara 2024, estuvo esta semana en Guayaquil para hablar de la novela que motivó este reconocimiento, Los alemanes. La Librería Española lo recibió y la docente y ensayista Cecilia Ansaldo hizo la presentación y dirigió el conversatorio con decenas de lectores.

Los alemanes, que llegó bajo otro título y con seudónimo al jurado del Alfaguara, pasó por la consideración de los escritores Sergio Ramírez (Margarita, está linda la mar, El caballo dorado), Juan José Millás (La vida a ratos, Solo humo), Laura Restrepo (Delirio), Rosa Montero (La hija del caníbal, El corazón del tártaro, El peligro de estar cuerda) y Manuel Rivas (La tierra oculta).

Es un proyecto que se inició hace quince años, cuando Del Molino se encontró con la historia de un grupo de alemanes desplazados por la Primera Guerra Mundial, que llegaron desde una colonia en Camerún hasta España y se establecieron, entre otros lugares, en Zaragoza, que Del Molino considera su ciudad, por haberse criado en ella. Intrigado, se dedicó a investigar hasta llegar a conocer a alguno de los descendientes. La novela, de hecho, está dedicada a uno de ellos, Pablo Bieger, ya fallecido, con quien el escritor logró hacer amistad.

Publicidad

“(Los alemanes) es una novela familiar, una ficción a partir de esa historia”, dice el periodista madrileño (El País, Onda Cero) en conversación con este Diario. Sus protagonistas son los últimos de una de esas familias, y aunque sus nombres de pila son españoles por deseo de la madre, conservan el apellido, la lengua y la herencia cultural atesorada por el padre.

Sergio del Molino ha recibido el Premio Ojo Crítico de RNE de narrativa y el Premio Tigre Juan por su novela 'La hora violeta'; el premio Espasa de ensayo por 'Lugares fuera de sitio' y el premio de periodismo El Correo (2024) por su artículo 'Contra la catequesis del mundo de hoy'. Foto: José Beltrán

En los primeros capítulos salta una pregunta que afecta a los personajes, y que incomoda también al lector. “¿Tú estás segura de que tu familia no puede hacerte daño?”. La joven política Eva, el académico Fede y la memoria de su hermano, recién fallecida estrella de la escena musical española, son la cuarta generación de esa colonia que se asentó en España sin renunciar a las promesas del Reich y sin desvincularse al nazismo.

Publicidad

Sergio del Molino gana el premio Alfaguara 2024 con una novela que habla de uno de los episodios ‘más vergonzosos’ de la historia de España

La primera amenazada es Eva, a quien un par de mafiosos cita para asegurarle que se han documentado sobre sus antepasados y tienen un secreto que podría destruir su carrera y la reputación de cualquier Schuster. Pretenden usarla para los negocios turbios que quieren hacer en la ciudad, o solo eso parecería en un principio. Eva se niega a escuchar, pero intuye de lo que se trata.

“Esto sirve para hablar del poder que el pasado ejerce sobre nosotros, que es enorme. Yo creo que todos estamos hechos de pasado; nos condiciona rotundamente, lo queramos o no, lo conozcamos o no, da igual. En el momento en que lo miramos, en el momento en que alguien escarba en él, perturba el presente de forma impredecible e incontrolable”, dice Del Molino, quien removió esos recuerdos que lo llevaron a la ficción.

El pasado, opina el escritor, “es lo único que tenemos. Hablar del futuro se nos da muy mal, cuando lo imaginamos casi siempre fracasamos, más allá de alguna novela de Julio Verne que ha podido acertar por casualidad en algunos aspectos. El presente no existe, es inaprensible, y el único material del que podemos hablar y con el que podemos trabajar es el pasado”.

Publicidad

La literatura se vale de esto para explorar en qué medida ese pasado se vuelve presente. “Ahí están las historias de fantasmas, que son una metáfora de cómo el pasado está volviendo una y otra vez”. Los alemanes no es una historia de fantasmas, pero sus muertos sí condicionan la vida de los vivos.

Aunque, si lo piensa, hay unos cuantos fantasmas. La madre de Eva y Fede, que fue invisibilizándose mientras aún estaba viva, y el padre, que ha quedado en un estado latente y olvidado de los demás y por los demás. Y Gabi, el hermano mayor de Eva y Fede que acaba de morir, pero no de irse, pues aún tiene algo que decirles.

El lector asiste al desmoronamiento de una comunidad y de los símbolos que le dieron identidad: el cementerio derruido, el restaurante quebrado, el equipo de fútbol que ha caído en manos de la mafia, los negocios que los hijos no quieren continuar y los enemigos que quieren ayudar a que no sea una simple decadencia, sino una explosión.

Me interesa mucho alguien que se mueve en términos vengativos, que quiere vengar a su pueblo, que cree que los nazis se han salido con la suya y no lo tolera”, dice Del Molino de su antagonista. “Él va a usar todos los medios para que no queden impunes; quien desciende de víctimas se convierte en victimario, esa ambivalencia me parece muy interesante”.

Publicidad

Los dos hermanos Schuster, en una carrera contra el chantaje, se lanzan a descubrir por su cuenta cuál es ese secreto con el que se los amenaza y cuánto llegó a saber de eso su hermano.

Entre sus últimas novelas publicadas están La piel (2020), Un tal González (2022) y La hora violeta (2023). Foto: José Beltrán

“Es un placer llevar la novela y hablar con algunos lectores; a Ecuador no había venido nunca”, comenta Del Molino, y agrega que es habitual visitante de varios otros países latinoamericanos, y en todos se siente a gusto. Asegura que en esta estancia aprovechó para llevarse libros y conocer autores. “Tenemos todavía muchas barreras de mercado entre los países; pero me lo tomo como un viaje de aprendizaje”, y como parte de las alegrías que le ha dado el galardón literario.

Y mientras tanto, ya está inmerso en la escritura de otros libros. “Esta historia ha estado acompañándome quince años; y ahora hay otras que a lo mejor dentro de diez años se convertirán en un libro”. (F)