Autenticidad, superación y la capacidad de evolucionar. Estos rasgos representan a Andreína Bravo, cantante guayaquileña que cerró un 2022 lleno de controversias, además de éxitos. En entrevista con este Diario, la ganadora de la primera temporada del reality El poder del amor, habló a pleno sobre su último sencillo, la situación contractual con su ahora exmánager, el trastorno alimentario que sufrió, cómo maneja las críticas constantes en redes y en programas de televisión, y su afición a los mojitos y a los tatuajes.

¿Qué quiere transmitir con Matriarcado?

Esta canción es superimportante para mí porque estoy saliendo de mi zona de confort. He venido haciendo reguetón más soft, tranquilo, relajado, romántico. En realidad esa soy yo, soy superapasionada, emocional. Para mí mi música es como mi diario de vida. Me siento liberada, puedo expresar mis sentimientos, mis emociones. Con esta canción lo que quiero comunicar es que una puede ser libre, una puede tomar sus decisiones. Por eso se llama Matriarcado: porque nosotras podemos liderar y saber qué queremos hacer de nuestras vidas. No necesitamos una opinión o que alguien apruebe lo que pensamos.

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¿Planea seguir saliendo de su zona de confort este año?

No lo sé. No sé cómo me voy a sentir de aquí a dos meses. No sé si me enamore y después esté despechada o si siga soltera. Ya tengo canciones hechas que todavía no sé cuándo sacar, porque quiero hacer un EP de siete canciones. Las saco conforme me vaya sintiendo. Se viene otra canción a finales de febrero o inicios de marzo. Mi meta del 2023 es conectar con la gente que me sigue, con el público que está pendiente de mi música.

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Ha hablado bastante de sus inseguridades antes, ¿cómo las superó?

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Todavía no las he superado. Siento que soy una chica con algunas inseguridades, pero ya las reconozco. Cuando ya aprendes a reconocer tus inseguridades las trabajas día a día, ya las entiendes y puedes derrumbarlas poco a poco. He derrumbado algunas, otras todavía están ahí latentes. Con el paso del tiempo uno se va haciendo más fuerte.

Sufrió de bulimia en algún punto de su vida…

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Cuando sufrí de bulimia fue un punto bien difícil de mi vida porque sentía que no servía. Que era mejor no vivir, en el sentido de que me sentía mal. Muchos de estos sentimientos no eran ciertos. Todos somos un punto chiquito en el mundo; lo que quiero decir con esto es que agrandamos mucho nuestros problemas, vemos todo negativo. Fue mi familia la que me ayudó a salir de la bulimia. Yo vivía en una burbuja: no quería salir porque me veía mal, no quería ponerme tal cosa porque me veía mal. Eso me desgastaba a mí y a mi familia. Ellos también la pasaban mal, sufrían. Ver a mi mamá llorar, verla mal… no quería eso para mí. Aprendí a aceptarme tal como soy. Ya no es una obsesión. Ahora me cuido, como saludable, voy al gimnasio, pero si llego a pasarme con una comida no me pongo mal ni me siento la peor persona del mundo. No lo siento como un pecado.

En todo eso me ayudó mi familia. Nunca fui a un psicólogo. Por eso para mí siempre es importante la familia. Cuando estás en este mundo muchas personas no te van a ver bien, te van a criticar, de eso se trata. Creo que si uno quiere el combo completo tiene que pasar por eso, pero la familia te mantiene los pies sobre la tierra.

Fue una amiga del colegio la que… le aprendí a ella, pero ella no tiene la culpa. Cuando me pasó eso a mí, mi mamá fue a hablar con su mamá y la aconsejaron. Ella ahora ya está bien. Fue una etapa que pasamos y que gracias a Dios no pasó a mayores.

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La popularidad viene y va, ¿cree que el momento de popularidad de Andreína se acabó?

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Antes sí era una pregunta que yo la pensaba todo el tiempo y le decía a mi mamá que todo esto es tan efímero, pero ella me decía algo muy importante: ‘Andreína, tú empezaste esto sin saber cuál sería tu futuro, y nunca perdiste la fe. No la pierdas. Las cosas vienen por añadidura y las personas que hacen lo correcto siempre van a tener ese éxito que buscan. No te enfrasques en eso, todo pasa.’ Mi mamá también siempre dice que uno siempre tiene que actuar con un pie sobre el cielo para no dejar de soñar y uno sobre la tierra para saber bien cuáles son mis valores y principios.

¿Qué tan cierto son las afirmaciones de su exmánager de que usted le debe dinero?

Yo nunca me hago presente en entrevistas con este tipo de problemas y cosas mediáticas por el simple hecho de que el que nada debe, nada teme, y el que aclara, oscurece. No tengo que aclarar nada de ese tipo de situaciones porque me incomodan. Cuando tuve la oportunidad de hablar sobre eso lo hice…

¿Terminaron la relación laboral?

Sí, terminamos el contrato laboral. No hay valores pendientes, y si los hubiera, las cosas no hay que lanzarlas al aire. Debe haber documentación de por medio. Puedes decir muchas cosas, pero las pruebas en mano son las que prevalecen. Así se maneja de manera legal.

En las plataformas de espectáculo en televisión y redes sociales se le ha acusado de no responder a las críticas sobre su carrera, ¿cómo se enfrenta a las constantes críticas?

Simple y sencillo: pienso que callar es la forma más inteligente de responder. Cuando hay mucha bulla, cuando hay muchos comentarios negativos lo que tengo que hacer es seguir adelante y enfocarme en lo mío, porque sé quién soy y sé a dónde voy. Sé cuál es mi objetivo y que estoy haciendo las cosas bien. Nadie puede hablar de cómo yo trabajo mis cosas porque solo mi equipo, mi familia y yo sabemos cuánto me he esforzado y cuánto he trabajado. Entonces cuando alguien se acerca a decir un comentario que no me suma y que no me edifica, no lo recibo. Cuando sabes quién eres, también sabes lo que no eres, entonces no me afecta. Al principio sí me afectaba, pero ya no.

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¿Quién es tu mánager ahora? ¿Estás en busca de un mánager?

No, ahora no tengo mánager. Estoy bien sola. Siento que tengo todo el derecho de poder hacer mi propia empresa, la carrera musical es una empresa. Este corto tiempo que ha sido de aprendizaje para mí me ha hecho sentir que sí tengo la oportunidad de hacer algo sola, aunque si tengo la oportunidad de tener un mánager, que propuestas no me han faltado…estoy esperando. Cuando las cosas son muy rápidas no son buenas. Es mejor tomar todo tranquilo. Prefiero estar sola y tomarme el tiempo para luego estar con alguien que en realidad me ayude a crecer.

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¿Planea promocionarse afuera?

Tengo una misión, que es irme a Miami, como todo artista que sale a conocer, a buscar oportunidades, a realizar una gira de medios. He tenido contactos con Telemundo que conseguí por medio de las redes sociales.

¿Se ve más allá de la música en 2023? ¿Se imagina actuando?

Soy muy volátil. No sé si la Andreína de aquí a cinco meses esté en otras. Sí, he actuado, y me gusta. Si bien no lo he hecho de manera profesional, es algo que me llama mucho la atención. No le haría el feo. Me encantaría hacer el papel de mala, para verme algo diferente, salir de mi zona de confort. Nunca me he visto mala, pero la gente que me conoce en mi trabajo como soy muy apasionada me convierto si algo sale mal.

¿Cómo quedó el caso social de los animales que representó en Soy el mejor?

Gracias a Dios hice una familia más. Este caso social es sumamente importante para mí: les dije que cuando termine mi gira de medios nos reuniremos para planear eventos benéficos. Estaba pensando en hacer una venta de garaje de mi ropa y donar lo recaudado a la fundación. Para mí los animales son muy importantes. Tal vez mi salida del programa hizo que la gente, cuando lo vio, entienda que ese siempre fue mi norte y mi sentido de estar en el programa. No quería ganar. Quería que los animales ganen respeto.

¿Hay algo sobre lo que haya cambiado de opinión en su vida?

Los valores son subjetivos y van cambiando según vas creciendo. Cuando tenía 18 años el alcohol era algo asqueroso para mí, ahora me encanta tomarme mi coctelito, amo el mojito. Era algo que no me parecía y ahora lo hago. Es importante hacerles caso a esos impulsos, todo evoluciona. Así mismo, antes hacía reguetón más romántico, ahora hago reguetón con más dembow.

También cambié de opinión respecto a los tatuajes. Antes no me gustaban, pensaba que eran como un pecado, pero cuando le das un sentido a algo las cosas cambian. Cuando me sentía muy mal cuando estaba en Turquía, me tatué la frase ‘ella es arte’. Cada vez que veo el tatuaje recuerdo el momento en el que me sentía mal emocionalmente. Es bonito cuando te tatúas con un sentido, la patita de tu perrito, o en mi caso, los nombres de mis canciones. (E)