Pese a haber dejado la Universidad de Guayaquil hace once años, León Roldós Aguilera aún se llena de pasión cuando habla de la alma mater porteña de la que fue estudiante, docente y rector por una década.

Dice que desde sus inicios, el centro educativo superior que ayer celebró 150 años de creación fue un foro de libertad y democracia en el Ecuador.

Destaca que la Universidad de Guayaquil fue la primera del país en adoptar los principios del manifiesto de Córdova del 21 de junio de 1918, que proclamaba, entre otros postulados, el cogobierno universitario, la autonomía política docente-administrativa, la elección de las autoridades por asambleas, la selección de docentes por medio de concurso público.

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Roldós, elegido vicepresidente del Ecuador (1981-1984) por el Congreso luego de la muerte de su hermano, Jaime, que era el presidente, recuerda que la llamada Universidad Estatal “siempre participó en los grandes acontecimientos de la patria del siglo XX”.

Y en esa línea rememora, por ejemplo, la revolución del 28 de mayo de 1944 que derivó en el derrocamiento de Carlos Alberto Arroyo del Río.

La participación activa en los procesos políticos contra la dictadura militar de 1966 es otro de los episodios que él añora.

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“Nunca renunció la Universidad a ser una expresión del pensamiento del Ecuador, nunca”, refiere Roldós, quien no estuvo de acuerdo con el descenso del centro superior de la categoría B a la D, ni con la intervención de tres años, que se dio en el Gobierno anterior.

Aquello, a su juicio, fue en detrimento de la democracia e imagen universitaria. Por ello, el exrector hace un llamado a la comunidad a reivindicar el espíritu universitario. Considera necesario recuperar los íconos de la U. de Guayaquil como la Casona Universitaria, ubicada en la calle Chile, que se vio afectada estructuralmente con el terremoto del año pasado.

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Asimismo, el también exdiputado cree conveniente que la Universidad retome el manejo del hospital Universitario que fue asumido por el Ministerio de Salud, en el 2013.

Es partidario de que se estructure un proyecto de salud con esta casa hospitalaria que, según él, recauda anualmente $ 10 millones por un impuesto que pagan empresas privadas.

Finalmente considera vital que se reforme la Ley de Educación Superior, pues el mecanismo para designar a ciertas autoridades supone un sistema de autoritarismo.

El gran reto que tienen los actuales universitarios. Los maestros, los estudiantes, los trabajadores. Hay que restaurar la democracia en el interior y el exterior.León Roldós, exrector

(I)

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