El ingreso del presidente de la República, Lenín Moreno, a la tarima de autoridades fue casi simultáneo al del alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.

Los aplausos de los asistentes los cobijaron a ambos. Mientras Nebot subió después de caminar entre los asistentes y saludar a los invitados especiales, entre ellos expresidentes y exvicepresidentes, Moreno apareció desde atrás de la gran bandera de Guayaquil que sirvió de fondo de la mesa principal.

La intervención de Moreno duró 23 minutos. Evitó el saludo protocolario y se dirigió a Nebot como su “estimado amigo”, a quien le dijo que el pueblo guayaquileño lo extrañará. “O creo que no tanto, porque estoy seguro de que la próxima persona que ocupe la Alcaldía sabrá seguir con esa tónica de respeto...”.

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Un breve recuento de la historia del Puerto Principal, sobre la gesta libertadora del 9 de Octubre de 1820, le permitió al presidente definir lo que, según él, es gobernar. “Gobernar es construir futuro, en donde los cimientos son nuestra historia y experiencia personal, y los ladrillos, la formación política, ética e ideológica...”.

Reinventar el socialismo

El presidente reivindicó su ideología izquierdista al reconocerse ‘fan’ de la Revolución cubana, de Ernesto Che Guevara, de Marx, de Engels, de Allende, entre otros; pero que también ha sido empresario, vicepresidente y enviado especial a Naciones Unidas, y que pese a todo sigue siendo humanista.

Aclaró que el socialismo hay que reinventarlo. “Creemos que debemos escoger lo mejor de cada tendencia; por ello, nuestro gobierno es dialogador, consensuador y equilibrado, considera que lo prudente es producir con la derecha y lo justo, repartir con la izquierda...”.

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Enfatizó que no es parte del socialismo corrupto que acumula poderes, que secuestra, que solapa crímenes, que aterroriza. “Hubo sinvergüenzas que prostituyeron los términos (...). Se apropiaron de nuestras palabras más queridas: revolución, socialismo, izquierda, compañero, política; ahora nos toca recuperar la dignidad, no solo del país, sino del vocabulario político...”.

Cirugía a la corrupción y tren playero

La intervención de Moreno le sirvió también para una especie de rendición de cuentas de las promesas de campaña supuestamente cumplidas en un año y medio de gobierno.

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El primer mandatario habló de 480 obras de infraestructura en educación, salud, seguridad, así como la atención de 250.000 pacientes con el plan Médico del Barrio, “la cirugía mayor a la corrupción y 380.000 nuevos contratos laborales...”.

En Guayaquil, dijo Moreno, se hicieron 28 obras y se iniciaron otras 14 nuevas. Recordó que la semana pasada se abrió el concurso para licitar el Viaducto del Sur, con 44 kilómetros de longitud, y el puente más largo del país, de 3,4 kilómetros, con una inversión de 1.200 millones de dólares, “que generará 5.700 empleos directos y 8.000 indirectos...”.

En homenaje a Guayaquil, anuncio la construcción del Tren Playero con 400 km de recorrido, desde Daule a Manta, conectando los puertos y aeropuertos para que nuestras playas y pueblos desarrollen su producción, turismo y cultura ¡Cumpliremos el gran sueño de la costa ecuatoriana! pic.twitter.com/NV7rXN2tED

El presidente anunció la construcción del denominado tren playero, que recorrerá las principales ciudades y balnearios de Guayas y Manabí. “Cuatrocientos kilómetros que impulsarán el turismo...”.

Moreno indicó que no pretende que su gobierno sea el mejor, pero sí las instituciones que se construyen. “Somos un gobierno decente, transparente, honesto, que no falsea, ni maquilla los números...”. (I)

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“No soy de ese socialismo corrupto que acumula poderes, que se sirve y no sirve; que secuestra, que solapa crímenes”. Lenín Moreno, presidente del Ecuador