Restaurar artefactos budistas de Afganistán destruidos por los talibanes hace 18 años es como lidiar con un rompecabezas de 1.500 años de antigüedad, según los conservadores que trabajan en el último proyecto de restauración.

El grupo islámico destruyó en 2001 artefactos que databan del siglo III, cuando muchos afganos practicaban el budismo, incluidas dos imponentes estatuas de Buda en la provincia de Bamyan y decenas de pequeños restos encontrados en monasterios y preservados en el museo nacional de Kabul.

Después de que el Gobierno talibán cayera ese mismo año, el museo comenzó a restaurar los restos de la historia budista del país. El último proyecto respaldado por Estados Unidos tiene como objetivo volver a ensamblar miles de piezas en estatuas en los próximos tres años.

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“Es muy importante porque en realidad es la restauración de nuestro patrimonio, nuestra identidad, nuestro pasado”, manifiesta Mohammad Fahim Rahimi, director del Museo Nacional de Afganistán. “El budismo se practicó aquí durante más de 1.000 años. Esa es una parte muy importante de nuestra historia”, añade.

Cuarenta años de guerra, desde la ocupación soviética de la década de 1980 hasta la lucha interna y la guerra contra los talibanes, han destruido gran parte del arte, los artefactos y la arquitectura de Afganistán. Se robaron muchas otras piezas y se vendieron en el extranjero.

El conservador Sherazuddin Saifi, de 62 años, trabajaba en el museo bajo los talibanes en 2001. “Querían que les informáramos la cantidad de antigüedades e ignoramos su solicitud, pero después vinieron y comenzaron a romper las antigüedades”, contó Saifi, quien todavía trabaja en el museo. “Estas antigüedades son el tesoro nacional, la historia de nuestro país y muestran quién vivió en esta tierra”.

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En un salón en el museo, los conservadores afganos trabajan junto a expertos del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago. La asistencia de Estados Unidos es invaluable porque los afganos carecen de experiencia y los químicos y pegamentos necesarios para el trabajo de restauración, asegura Rahimi.

Un portavoz de los talibanes, que estuvo hasta el mes pasado en conversaciones de paz con Estados Unidos, aseveró que el grupo no tiene planes de destruir antigüedades.

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“Todos los artefactos antiguos se conservarán en su lugar”, manifiesta el portavoz Suhail Shaheen. “Deben preservarse para la educación de historia y cultura de las próximas generaciones”. (I)