Que las ventas siguen bajas. Que ni las promociones despegan como esperaban. Que han reducido sus espacios para tratar de aminorar costos en los alquileres. Y que algunos están haciendo esfuerzos para ver si se mantienen en pie hasta diciembre son parte de las expresiones de dueños y trabajadores de restaurantes y negocios de comida que todavía no logran reactivarse.

Tras más de cinco meses de la crisis sanitaria en Ecuador y de las restricciones por la pandemia del COVID-19, donde la mayoría cerró sus negocios los 48 días del confinamiento obligatorio (el 4 de mayo se retomaron parcialmente las actividades), las ventas aún no despuntan y en algunos casos no llegan ni al 30 % de lo que facturaban el año anterior en estos meses.

Y aquello se refleja también en una encuesta a 90 locales que ayer publicó la Asociación de Restaurantes del Guayas, en la que se expone que de enero a agosto de este 2020 los entrevistados perdieron en promedio el 49 % de sus ventas en comparación con el mismo periodo del 2019.

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En esta encuesta también se muestra la afectación por sectores, siendo el centro de Guayaquil el más golpeado, pues en este periodo registra solo el 20 % de ventas en comparación con el 2019.

Le siguen La Garzota, norte de Guayaquil, y la zona comercial del cantón Daule, que vendieron cada uno el 23 %. Luego está Urdesa, con el 37 %; Samanes, el 43 %; Samborondón, el 59 % y el sur de Guayaquil, 66 % de ventas en este periodo en comparación con el 2019.

Nicolás Romero Ordeñana, director general de Mercado del Río, espacio gastronómico que está en el malecón Simón Bolívar, centro de Guayaquil, sostiene que nadie aún ha podido reactivarse al 100 %, ya que incluso en sectores con mejores economías, como Samborondón (cantón vecino), las ventas llegan al 60 %.

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"Hay una sobrevivencia. Reactivación significa volver a activarse a niveles similares a los anteriores, eso no se está dando en ningún sitio de la ciudad. Toda la industria (restaurantes y comida) está así", afirma Romero Ordeñana.

En Mercado del Río están con aproximadamente el 30 % de la facturación en ventas que tenían en los meses del 2019.

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"En el centro (de Guayaquil) la cosa está mucho peor, el centro está en agonía (no es una zona residencial fuerte, sino comercios y oficinas)... Tenemos dos cosas todavía: restricciones en aforo a empresas, por todavía estar en teletrabajo, y restricciones en circulación, eso está matando al centro", expone Romero Ordeñana.

Y agrega que la restricción vehicular impide que sus clientes lleguen en la noche y que los empleados de los locales puedan movilizarse en los buses, pues pasadas las 20:00 no hay servicio de transporte público.

Cierre y a domicilio

A inicios de este año a Magaly Ávila le iba bien con la venta de jugos, bolones, sánduches y otros piqueos para desayunos. Su intención era buscar un nuevo local para ampliar su oferta y atender a más clientes, pero llegó la pandemia y sus ventas se fueron a pique.

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"No me quedó de otra que cerrar, porque la situación se puso fea y ya no tenía los $200 para pagar de alquiler... Ahora hago en casa y llevo a domicilio por pedidos, pero ya nada es igual... A la gente le gusta ver los boloncitos calientitos, las tortillas y todo en el mismo momento", cuenta la mujer que tenía su negocio en Sauces 3, norte de la urbe. (I)