Letreros de “Se Vende” o “Se Alquila” se observan en cuadras enteras de zonas comerciales y residenciales tanto del centro como del norte y sur de Guayaquil. En este año, según la Asociación de Corredores de Bienes Raíces (Acbir) hay una tendencia que si bien tuvo algunos casos en 2023, se agudizó en 2024 por la inseguridad.

Sue Murillo, presidenta del gremio, hace un balance de lo que va de este año respecto a la demanda y oferta de sitios para alquilar y de venta en Guayaquil.

Publicidad

¿Cómo está actualmente la venta de inmuebles y demanda de sitios para arrendar en Guayaquil?

Se siente una reactivación, sí. Sin embargo, se venden las propiedades, pero con descuentos importantes podríamos hablar de inmuebles con descuentos de hasta el 50 % en zonas del centro, norte y en otros puntos de la ciudad puede llegar al 35 %. Eso no solo se lo ve en zonas abiertas, sino también en las cerradas (urbanizaciones).

El nivel de confianza que tiene la gente para invertir es lo que está caído.

De diez propiedades que se venden, diez están con descuento. O sea de un 100 %, un 100 %. Claro que no todas las propiedades son iguales, hay propiedades más atractivas que tienen un mayor descuento y otras menos atractivas que puede tener porcentajes considerables.

Publicidad

¿Cuáles son los precios más baratos y los costosos para alquiler y venta de viviendas en Guayaquil?

Esto de los descuentos, ¿es una tendencia que se arrastra de 2023 o es propia de este año?

En 2023 hubo algunas luces, pero este año se ha agudizado mes a mes y es porque algunas personas están desesperadas por vender como sea por que han sido extorsionados o porque, definitivamente, necesitan seguridad para su familia por el incremento de la delincuencia. Eso también aplica a los arriendos porque son personas que han migrado y necesitan ‘deshacerse’ de alguna manera de esa propiedad.

En el caso de locales comerciales, también por la seguridad, están quebrando porque no venden y eso, obviamente, va a derivar en que esos sitios se pongan en alquiler o se vendan. La clase media es como esa clase ‘sándwich’ que paga los platos rotos y son, algunos, los que más venden o ponen en alquiler.

En nuestro caso para los corredores también ha sido un año complicado por la inseguridad. Antes teníamos antes la costumbre de poner en los carteles el nombre, el número de licencia, el teléfono, el logo, pero ahora todos eliminaron eso porque todo se volvió más complicado.

¿En qué sectores se palpa una baja en la demanda de arriendo e incremento de ofertas?

En Urdesa porque muchas personas también la han abandonado el barrio para irse a Samborondón o a vía a la costa. También en zonas del norte porque ya no es negocio, la gente ya no quiere arrendar por más que se vea cosas baratas en La Garzota, La Alborada. Algunos de los sitios de arriendo que se han reactivado en zonas de La Alborada son porque han colocado rejas en un conjunto de casas.

La creciente de anuncios de se arrienda o se vende en zonas catalogadas como céntricas como Urdesa es la falta de movimiento que estaba atada al comercio, la gente deja de salir y se deprimen los locales y eso deriva en que la gente no quiera ir a un lugar (para arrendar o comprar) que no está seguro y que no tiene movimiento de personas.

¿Los arriendos han bajado, al igual que los valores de venta de inmuebles?

Han bajado y por ahora el arriendo es lo que permite sobrevivir al sector, es lo que se mueve aún ya que las ventas son esporádicas. En arriendos se está moviendo lo residencial porque lo comercial e industrial está deprimido.

La demanda se mueve en cualquier sector en donde esté algo de seguridad. Lo que se ha visto es que ahora la gente está dispuesta a incluso a gastar más de lo que ellos han estado acostumbrados por seguridad. Hay casos de gente que salieron del Cristo del Consuelo a vía a la costa o que de Durán avanzaron a La Alborada.

¿Hay sectores que se han recuperado en este año?

Los cierres con rejas en La Alborada les ha permitido tomar impulso para tener nuevamente demanda, también en ciertas zonas de Kennedy, La Atarazana. En Bellavista también se está moviendo en temas de venta y arriendo. Todo se debe a los conjuntos de casa cerrados que se han armado por el mismo tema de la seguridad.

Los cierres definitivamente han beneficiado para que la gente pueda recuperar un poco de rentabilidad y se reactiven.

Y los que no despegan...

Urdesa en cierta parte. Hemos dejado, algunos, de vender u ofrecer propiedades de Durán, Yaguachi o en el noroeste de Guayaquil. Estas eran zonas hiper comerciales, pero ahora ya nadie se quiere meter allá porque incluso hay casos de corredores (de bienes raíces) que han sido secuestrados.

La isla Trinitaria al sur de la ciudad y la zona del puerto se ha dejado de ofrecer. Esas eran zonas que antes eran solicitadas por los industriales para bodegas, allí se compraba y se alquilaba para galpones o patios de contenedores. En la parte residencial, La Saiba, Ciudadela 9 de Octubre, Las Acacias, La Fragata y para allá todo lo que es estero todo eso es peligroso.

El barrio Orellana, la ciudadela Bolivariana ahí se ven muchas casitas desocupadas. Lo que hace la gente es sellarlas porque incluso ni siquiera se arriesgan a sacarlas a la venta porque no hay quien quiera comprarles y si se las quieren comprar, se las quieren comprar a muy bajo precio.

Lo que sucede este 2024, ¿se asemeja a un escenario vivido años atrás en el sector inmobiliario?

Hemos vivido escenarios distintos que han deprimido el sector, pero en este año, por ejemplo, deriva netamente de la cuestión de seguridad. En pandemia no había sosiego porque no se sabía qué iba a suceder, mucha gente murió y los herederos no sabían qué hacer con las propiedades. A inicios de los 2000 con todo el tema del feriado bancario también hubo un escenario crítico.

Ahora, lo que sucede es que no es que no hay quien compre, sino que hay miedo de invertir porque luego pueden ser presa de extorsión, de robo o alguna cosa adicional relacionada con la inseguridad.

Cuánto cuesta vivir en Guayaquil: estos son los precios para alquilar en la ciudad

¿Con mejoras en materia de seguridad se levantaría al sector?

No solo para el sector sino para todo el país. Se nivelarían los precios, se mantendría una oferta, a pesar de que estamos conscientes de que el mercado es un sube y baja. Hay también cosas que ayudarían muchísimo y eso no es desde el Gobierno Nacional sino desde el local.

Mientras los militares estén en la calle nosotros vamos a estar más tranquilos y la gente volverá a depositar la confianza en una zona de la ciudad.

¿Qué incentivos o qué se pide al gobierno local?

Por ejemplo permitir cambios de uso de suelo, simplificar los trámites. Hay trabas y un proceso engorroso cuando un cliente quiere comprar una casa y quiere saber si ahí puede poner una panadería. Solo en averiguar si eso se puede ya es todo un trámite. Desde el Municipio se podrían agilitar trámites, reducir los tiempos, reducir costos. (I)