Roberto Jiménez conducía su vehículo y al arribar a su vivienda en Urdenor 2 fue interceptado por sujetos que lo amedrentaron con armas y se lo llevaron raptado durante varias horas. Bajo amenazas y poniéndole el arma de fuego en la cabeza, los antisociales lo llevaron por dos cajeros automáticos para sacar cerca de $ 2.000 y le robaron, además, su celular y documentos.
“Fue terrible, me dejaron botado, yo pensaba lo peor. Se repetían (casos de delincuencia) a diario, gracias a Dios coordinamos, socializamos y hemos podido poner las rejas, toda la gente siente una tranquilidad y paz, eso sobre todo recalcamos”, sostuvo este morador sobre su experiencia de hace cuatro meses.
Los atracos a mano armada, secuestros, robos en viviendas y otros eventos delictivos, incluyendo un atentado con explosivos, han tenido en alerta a los vecinos de Urdenor 2, por lo que entre ellos desde hace varias semanas se organizaron para instalar rejas y gestionar otras implementaciones para contrarrestar la delincuencia.
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Rory Sangster, vicepresidente del sector de Urdenor 2, expuso que los vecinos comenzaron a vivir episodios de encierro debido al incremento de varios hechos delictivos. Antes de la colocación de las rejas, en la zona se presentaban alrededor de diez casos de robos a mano armada a peatones y negocios. Ahora se ha reducido drásticamente “a cero” casos, acotó el dirigente.
En la zona se han unido tres bloques de Urdenor 2, que comprenden unas 180 casas, con un promedio de aporte de 150 a 200 dólares para llevar adelante el proyecto de compra e instalación de rejas, alarmas, cámaras, alambres de púas y, además, de contratación de guardias en ciertas puertas para permitir el ingreso de residentes, visitantes y vehículos de servicios.
En varios turnos se ha gestionado el apoyo de nueve guardias, quienes se cercioran del registro de quienes ingresan, verificación de visitantes a sitios particulares y además de actividades inusuales. Llevan al menos dos semanas con las rejas.
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“Es un cambio radical (...) todos los vecinos salimos a caminar en la noche, con la tranquilidad de que la moto que pase es un vecino y no un delivery (moto) de la delincuencia”, dijo el vicepresidente del barrio.
Danilo Montenegro, otro vecino de Urdenor 2, contó que a través de cámaras instaladas en su vivienda y otras 40 del sector han detectado varios de estos hechos violentos que también los han colgado en redes sociales para alertar a las autoridades y pedir acciones.
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Entre esos hechos violentos, hace unas semanas, en una noche desde la terraza de su hogar pudo observar cuando una camioneta todoterreno interceptó a una vecina y le robó sus pertenencias.
Asimismo, él tuvo una experiencia propia cuando arribaba a su casa y se dio cuenta de un vehículo sospechoso con varios sujetos que le dieron mala impresión, por lo que evadió el ingreso a su casa, pero al guardia terminaron amenazándolo con un arma.
“Así como en el 2020 apareció algo nuevo, el uso de mascarilla, el aforo, restricción de movilidad y todos los seres humanos tuvimos que aceptarlo, entonces nosotros ahora nos vemos en la necesidad de blindarnos, colocar rejas, chalecos antibalas, para proteger a nuestras familias. Sin las rejas me siento en zozobra, he aprendido a decirle a mis hijos vamos a tener que aprender como se vivía en la pandemia ‘amenaza a la derecha, amenaza a la izquierda, hombres con mascarillas, no se bajan del carro’”, dijo este morador con dos décadas en la zona.
Este vecino contó que ahora conservan cierta tranquilidad para transitar en la zona, ya que pueden pasear, andar en bicicleta y los niños pueden jugar con tranquilidad.
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El vecino Roberto Jiménez también lamentó que anteriormente se percibía una baja en las rondas policiales en la zona y asimismo la presencia de uniformados en una unidad policial cercana no era permanente. “Ese PAI (conocido como UPC) nosotros lo equipamos, le pusimos cama, computadora, aire acondicionado, hasta la pintamos... los amigos de lo ajeno vaciaron todo”, refirió.
Otra moradora, Génesis Flores, enfatizó que también había robos de partes de vehículos. En su caso, sufrió reiterados atracos de retrovisores e incluso pudo identificar a un malhechor que solía rondar la zona. Asimismo, en una mañana, siendo las 09:30, un motorizado le apuntó a su hermana para llevarse sus pertenencias.
“Ella ese día no pudo salir a trabajar, estuvo aterrada, tuvo que resguardarse en la carnicería del miedo, a pesar de todo el señor del motorizado volvió a dar vueltas, es lamentable desde las puertas han dejado los robos, se puede salir, anteriormente cada vez y cuando me asomaba a la ventana para cerciorarme de los retrovisores del automóvil”, relató.
Según los dirigentes, entre los vecinos avanzaron en el trámite para la colocación de rejas, a través del Municipio. En estos días se dio una impugnación por un reclamo presentado a raíz de la colocación de rejas en una de las vías que colindan con un centro empresarial cercano.
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Debido al conflicto con el centro empresarial, que tiene un acceso especial (entre esos para motos), en el callejón 5to pasaje 23 NO, una de las calles con rejas, el pasado viernes hubo un operativo de Justicia y Vigilancia y la Policía Nacional.
Hubo oposición ante algún intento de quitar las rejas, pero por ahora se mantienen. Los moradores pidieron la presentación de una orden de retiro de las puertas y luego se volvió a cerrar con apoyo de moradores.
El dirigente Sangster dijo que desde ese centro empresarial se les ha propuesto que se ponga a un guardia para un control de quienes ingresan al espacio para llegar a una zona de estacionamiento.
Se calcula que a través de esa vía circulaban unos 700 autos que van al centro de negocios. Esa propuesta no convence al vecindario.
El lunes próximo, los vecinos esperan interponer una acción de protección para que se respete el derecho a la vida, por el peligro de estar expuestos a escenarios de delincuencia, además de continuar con el proceso de impugnación de un reclamo presentado en el área de Justicia y Vigilancia.
La mañana y tarde de este martes, 17 de octubre, hubo enfrentamientos entre los vecinos de Urdenor y personal del parque empresarial. (I)
