En medio del vertiginoso tránsito vehicular de la calle Antepara, en el sur de Guayaquil, Geovanny Álava con su sobrina Sara Ulloa vocean la oferta de sandías que exponen en el balde de una camioneta.

“¡Oye, llévate a $ 2 la sandía!”, grita Geovanny al levantar con la mano derecha una de esas frutas y moverse a un costado de la vía para ofrecer el producto a los conductores de autos que se detienen en el semáforo de la calle Bolivia.

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En estos días, los choferes resultan atraídos por cuatro autos que se han instalado para ofrecer decenas de sandías en la calle Antepara, en intersecciones con Bolivia y Vacas Galindo, y dos más en la calle Francisco Segura.

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En letreros, ubicados en sus automotores, se expone el precio de las unidades de sandías que van desde $ 1, $ 2 y 3 por $ 2, dependiendo su tamaño.

En uno de los puestos, Geovanny y su sobrina Sara, con el apoyo de otro familiar, se abastecen con unas 200 a 300 unidades de sandía cada día en el mercado mayorista de Montebello. Hasta ese sitio adquieren las frutas en horario nocturno, y en la mañana siguiente acuden a la vía Antepara para vender el producto.

Al paso de automotores interactúan con sus ocupantes y van despachando el producto al apuro para evitar que cambie la luz del semáforo en rojo y se pierda la venta.

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Geovanny y Sara coinciden en que en la actualidad se ha presentado una buena cosecha del producto, lo que la mantiene en un buen precio de venta al público, en su caso a $ 2 la sandía grande.

Por tradición familiar de tres generaciones, el hombre, que lleva al menos tres décadas en el oficio, contó que siempre suelen ofrecer frutas por temporada, así pueden variar entre mandarinas, verde, uva verde, piña, melón y papaya. De la sandía regularmente tienen disposición de julio a agosto.

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A diferencia de otros años, ahora ellos han seguido recibiendo las sandías que provienen de Santa Elena y Salitre.

“Este año nos ha sorprendido, regularmente en dos a tres meses se vende, pero ya pasamos los tres meses trabajando, estamos aprovechando mientras haya sandía se trabaja”, remarca la mujer.

A diario ellos exponen unas 250 a 300 unidades en una camioneta. Ellos se suelen ubicar en el sitio de lunes a domingo de 07:00 a 14:00 y en caso de quedar producto hasta las 18:00 o 19:00.

En la compra al por mayor, ellos pueden sacar réditos de $ 0,80 por unidad, aunque con ello también se cubren gastos de movilización y se distribuyen las ganancias entre varios familiares.

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Johnny Peñarrieta, quien lleva quince años en el negocio, se ayuda con dos acompañantes para promocionar la venta de sandías por $1 en presentaciones pequeñas. Foto: El Universo

“Aquí se vende con lo que venga. Lo importante es trabajar por la derecha, que la gente apoye a los que trabajan”, mencionó el hombre.

Entre los comerciantes se conocen de su barrio en el suburbio y se ordenan para evitar discusiones y conflictos por clientes. En la zona se mantiene un buen movimiento de ventas entre ellos.

En otro puesto, Johnny Peñarrieta, quien lleva quince años en el negocio, se ayuda con dos acompañantes para promocionar la venta de sandías por $1 en presentaciones pequeñas.

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En la zona de Antepara, este comerciante se ubica desde hace unos cinco meses con frutas de temporada, en este caso de sandía. “Este año ha habido más cantidad”, explica el hombre que anteriormente recorría con las frutas por distintos barrios.

En este año, debido a la alta producción y baja de precio, él puede ganar $ 0,50 por cada sandía pequeña vendida. Ahora, la unidad se puede conseguir a $ 0,50 al por mayor y venderla a $ 1. En otros años, la sandía la ofrecía a $ 1,50 ya que el productor le vendía a $ 0,70 u $ 0,80. “Tratamos de traer lo que más se puede y vender barato para la gente”, dice.

En ese sitio, él menciona que hay horas denominadas pico, con mayor venta, entre el mediodía a las 13:00, con salida de colegios, y luego desde las 16:00 en adelante con la salida del trabajo de oficinistas.

Cuenta que estos ingresos le sirve para comprar la comida de su hogar, educación a sus hijos y cubrir deudas. (I)