La muerte de la joven médica guayaquileña Valeria Irene Sacoto Calero se trataría de un hecho fortuito, alega Jacobo Quintero-Touma, defensa de los dos galenos (cirujano y anestesiólogo) que participaron en la cirugía de la paciente, de 28 años.

Sacoto se sometió a una cirugía de mamoplastia y lipoescultura en una clínica ubicada en la ciudadela Kennedy Norte el pasado 23 de abril, y falleció por complicaciones, según consta en la denuncia que la familia presentó en la Fiscalía del Guayas.

La joven fue trasladada hasta una segunda clínica, en donde le brindaron los primeros auxilios con el fin de reanimarla, pero confirmaron su deceso.

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La autopsia realizada por la Unidad de Medicina Legal de la Policía Nacional determinó que la joven murió a causa de un infarto agudo del miocardio, insuficiencia respiratoria y tromboembolia.

“La autopsia establece, claramente, que el fallecimiento de la señorita se debe a una tromboembolia, y una tromboembolia, como ustedes pueden constatarlo con cualquier médico, es un hecho fortuito, no es un hecho atribuible a la pericia o impericia de mis clientes, no es un hecho producido por una acción humana, en este caso la acción del cirujano al hacer una cirugía plástica”, explicó Quintero-Touma.

Valeria, la joven doctora que falleció luego de una lipoescultura y mamoplastia en una clínica del norte de Guayaquil

La defensa de los cirujanos detalló que en la autopsia se puede comprobar que no hubo perforación de órganos y “no existe ninguna situación atribuible a las cánulas de la cirugía”.

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Dijo, además, que es importante que se reconozca que la cirugía plástica, como cualquier otra cirugía, tiene riesgos porque existe anestesia, manipulación de alguna manera, en este caso de la grasa corporal. Por ello, el cirujano a cargo solicitó exámenes para comprobar que la paciente estaba apta.

Su madre, Blanca Calero, de hecho, corroboró este tema y dijo que su hija se hizo todos los exámenes que le solicitaron antes de la operación, lo que la determinó como apta para poder ser operada quirúrgicamente.

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“Ella tenía todos los exámenes, se hizo todo. Ella estaba sana, mi hija estaba sana”, lamentó la señora.

Quintero-Touma reiteró que la muerte no se dio durante la cirugía o el transoperatorio, sino cuando ya estaba dada de alta.

Esta aclaración se da luego de que la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess) señalara que se clausuró la clínica de cirugía estética, “en donde se investiga una presunta mala práctica médica que habría provocado el fallecimiento de una paciente mientras se realizaba un procedimiento”.

El abogado citó que fue el mismo galeno quien acompañó a la joven hasta una segunda clínica, en donde finalmente se dictaminó su muerte luego de presentar complicaciones. Por este caso, al cirujano se le dictó como medida cautelar arresto domiciliario con custodia permanente y se le imputa el delito de homicidio culposo por mala práctica profesional.

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El médico fue detenido, pero posteriormente —el 24 de abril— fue liberado, luego de la audiencia de calificación de flagrancia.

La investigación continúa en la Fiscalía Sexta de Personas y Garantías, ya que el caso ingresó a la etapa de instrucción fiscal, que durará 30 días.

“Nadie ha llevado a juicio a mi cliente. Estamos en etapa de investigación, y lo que están arrojando los primeros resultados de esa investigación es que esto se debió a un hecho fortuito. No hay forma de prever una tromboembolia”, recalcó el jurista.

Sobre la falta de permisos de funcionamiento de la clínica en donde se realizó la cirugía, el abogado dijo que, si bien no es defensa de los dueños del establecimiento, este sí tiene documentos en regla y un permiso vigente hasta 2025. (I)