Los moradores de la cooperativa El Prado, en el sector de La Prosperina, esperan que con la llegada de las lluvias por el fenómeno de El Niño no se agudice el escenario que viven año a año: vías anegadas, agua con basura dentro de las casas y presencia de ratas.
Esta cooperativa del norte de Guayaquil queda a pocos metros del intercambiador de la avenida Juan Tanca Marengo y la vía a Daule, zona que regularmente se inunda cuando se registran precipitaciones fuertes.
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De hecho, por esta recurrente novedad es que el Municipio colocó justo debajo del viaducto uno de los 44 letreros de zona de riesgo de inundación. El aviso se puede observar desde la vía a Daule, con dirección hacia la avenida del Bombero.
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Desde 2016, Carla Morán -quien vive desde hace más de 23 años en el sector- afirma que lidia con el ingreso de agua a su vivienda. Ella vive en la parte baja de una calle empinada que se inunda debido a que es una especie de olla en la que el agua se concentra y no desfoga rápido.
En algunos de los cerramientos de las casas de la zona, dice la moradora, permanecen bloques y fundas de cemento que algunos vecinos usarán en la construcción de muros para evitar que ingrese el agua en las futuras lluvias. Algunos ya realizaron trabajos de levantamiento de pisos.
“Aquí es como una cascada que empieza a correr desde la vía a Daule o desde la Tanca Marengo, el agua empieza a correr e inunda las casas que estamos en la parte baja. Ya no podemos vivir así, pensando en que el agua se nos va a meter apenas llueve”, manifiesta.
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En marzo, por ejemplo, el torrencial aguacero que cayó en Guayaquil colapsó la av. Juan Tanca Marengo y derivó en que la zona inicial de la cooperativa se inunde, incluyendo la casa de Morán, en donde el agua llegó un poco más arriba de la rodilla.
Esperemos que no solo empiece a llover para que ahí vengan a ver si hay mosquitos o hay ratas, esperamos que vengan ya para prevenir”.
Morador de la cooperativa El Prado
Según Verónica Álvarez, el agua que ingresa a la cooperativa trae basura que tapa las rejillas de los bordillos e imposibilita el desfogue. “El problema es que todo viene de todas partes y ahí se tapa. Siempre se tapa y se inunda”, afirma.
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Cuando baja el agua, añade, las ratas empiezan a salir a la superficie e ingresan a las viviendas.
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Por esta problemática, Abel Mora, otro vecino, dice que se requiere limpieza frecuente de las alcantarillas y también atención a una de las zanjas que está frente a una de las canchas del sector. Esto, asegura, ayudaría a que cuando la avenida Juan Tanca Marengo se inunde, el agua pueda bajar rápido.
Mora señala que los problemas con los que actualmente lidian son la presencia de mosquitos y de ratas. Por ello, también quieren que personal del Ministerio de Salud o de la Dirección de Salud del Municipio visiten el sector para jornadas de abatización y desratización.
“Esperemos que no solo empiece a llover para que ahí vengan a ver si hay mosquitos o hay ratas, esperamos que vengan ya para prevenir”, puntualiza Mora. (I)
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