Su guardia había terminado. Se dirigía a la salida de la maternidad Enrique Sotomayor cuando una enfermera corrió hacia él para pedir su ayuda. Una embarazada había fallecido al llegar. Y sin dudarlo, recuerda, revisó a la mujer, mientras un colega escuchaba con un estetoscopio si aún latía el corazón del bebé. El sonido era débil. No podían esperar más. Ahí, en medio del pasillo, tomó el bisturí y sacó al bebé.

Francisco Plaza Bohórquez, especialista en gineco-obstetricia y cirugía oncológica con 40 años de experiencia, recuerda esa mañana de 1985, cuando salvó la vida de ese pequeño con la asistencia de los especialistas Víctor Bustamante, Marco Ruiz, Javier Jurado y Roberto Rosero.

Han pasado más de tres décadas y al mirar hacia atrás Plaza reflexiona sobre la profesión que alrededor de 20.000 médicos ejercen en la provincia del Guayas: “Fue una decisión valiente, de ética, de conocimiento profesional, que es lo que debe tener todo médico. Así se le venga el mundo encima, correr cualquier riesgo para salvar una vida. Pero ahora con esta ley de mala práctica cree que alguien se va atrever a hacerlo”.

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Lo dice en el marco del Día del Médico Ecuatoriano, que se conmemoró el 21 de febrero, una fecha en la que su gremio recuerda los ‘atropellos’, como ellos llaman, que vivieron durante casi una década, hasta antes del 2017.

Médicos ecuatorianos viven su día entre el cansancio y la lucha por salvar a más pacientes con COVID-19

Ahí se perdió la relación médico-paciente, agrega. Ahora, usuarios se quejan por la frialdad en la atención y hasta deshumanización de muchos.

“Lo originaron las políticas de salud implementadas en los últimos doce años, donde se industrializó el ejercicio médico, normatizando y exigiendo tiempos limitados para la atención de pacientes, priorizando la cantidad por día y no la calidad de la atención”, expone Víctor Villao Reyes, especialista en cirugía y máster en Gerencia en Servicios de Salud con doce años de ejercicio en la gerencia hospitalaria.

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Villao cree también que el médico enfrenta ciertas limitantes en su ejercicio y menciona algunas de ellas: “plazas de trabajo con salarios no apropiados a la demanda y formación, instituciones que no ofrecen ni siquiera los mínimos equipos de protección, poca oportunidad de hacer carrera en hospitales privados, muy poca oferta de posgrados y abrumadora burocracia documental en el ejercicio hospitalario”.

En casas de salud públicas y también en algunas privadas, el déficit de especialistas y subespecialistas, como intensivistas, neurocirujanos, neonatólogos, hepatólogos pediatras, nefrólogos, genetista, entre otros, se viene arrastrando hace cerca de catorce años, según coinciden los médicos, por ello los pacientes encuentran citas con hasta seis meses de espera. Ahora, por ejemplo, se necesitan más intensivistas en las Unidades de Cuidados Críticos para atender a pacientes graves por COVID-19.

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Esta brecha de especialistas surge, asegura Santiago Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, por causas, como el Decreto Ejecutivo 813 del 2011, con el que miles de profesionales con experiencia fueron “despedidos” con compra de renuncias voluntarias de hospitales y universidades. Así como también, agrega, la falta de entrega de presupuestos a las universidades para la formación de posgrados, la suspensión de posgrados en la mayoría de universidades durante más de cinco años y, con ello, la fuga de ‘cerebros’ a otros países.

Agotados, con estrés y con otras dolencias viven médicos que ‘batallan’ a diario contra el COVID-19 en Ecuador

“No hay posgrados, los médicos jóvenes, las universidades, las facultades siguen bastantes promociones y todos salen ávidos por plazas de trabajo, pero no hay partidas presupuestaria”, refiere Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, quien añade que además los médicos están sin estabilidad laboral, con nombramientos provisionales o contratos ocasionales por alrededor de catorce años.

Unos 250 posgradistas que han atendido durante esta pandemia protestaron, en septiembre pasado, por la falta de pago de sus sueldos, debido a que en la Ley Humanitaria se menciona que deben recibir el salario de un médico general ($ 1.600). Pedían, en esa marcha, un contrato para se regularice su situación laboral.

También falta un registro actualizado y especializado de los galenos en Ecuador. Los médicos esperan que la Asamblea Nacional apruebe la ley de carrera sanitaria, que fue consensuada con los gremios y en la que se establece, explica Carrasco, el mecanismo de ingreso para los posgrados, escalas de remuneración, estabilidad laboral.

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Hasta eso, los médicos siguen en sus trabajos, arriesgando su vida, en medio de esta pandemia, para cumplir con su objetivo: salvar vidas. Y lo han hecho, 326 han fallecido en cerca de doce meses en la lucha contra el COVID-19, y están dispuestos a continuar, pero, afirman, requieren sus ‘armas’: equipos de protección y medicinas e insumos de calidad.

Víctor Villao Reyes, especialista en cirugía y máster en Gerencia en Servicios de Salud: ‘Se exigen tiempos limitados para la atención de pacientes’

Víctor Villao, especialista en cirugía. Foto: Cortesía

“El médico dejó de tener un rol determinante en la vida de las personas para convertirse en un engranaje de la industria de la salud, donde son contratados y medidos en sus labores mayormente por producción”, expone Víctor Villao.

Cuenta que en las políticas de salud implementadas en los últimos doce años se priorizó la cantidad de pacientes atendidos por día y no la calidad de la atención.

“La exigencia de formularios ministeriales poco útiles, obligándolos a dedicar más tiempo a llenar papeles y menos a atender realmente al paciente. El mejor ejemplo, la norma que indica que una consulta subsecuente de medicina general debe estar limitada a 15 minutos por paciente”, sostiene.

Hay más limitantes: “plazas de trabajo con salarios no apropiados a la demanda y formación, instituciones que no ofrecen los mínimos equipos de protección, poca oportunidad de hacer carrera en hospitales privados, muy poca oferta de posgrados y abrumadora burocracia documental en el ejercicio hospitalario”.

Wilson Tenorio, Presidente del Colegio de Médicos del Guayas: ‘Es necesario tener un registro actual de los médicos, hasta para casos judiciales’

Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas. Foto: Cortesía

“Que el Gobierno nos dé insumos; sabemos que en unidades hospitalarias hay déficit de equipos de protección, falta de anestésicos que son usados para la tercera fase de pacientes en una etapa crítica por COVID-19 que requieren ser intubados. No se los encuentra en el mercado. Nosotros planteamos al Gobierno que se haga subasta internacional para comprar insumos médicos y evitar tanta traba burocrática, que a veces impide que llegue lo más pronto posible, porque la enfermedad y el paciente no esperan”, dice Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas.

Crece el temor entre médicos por desenlace aún incierto de la pandemia en Ecuador ante aumento de casos

El gremio también pide facilitar la información para que se cree un registro de los médicos que ejercen su profesión. Así podrán atender requerimientos como los de la Fiscalía, que se necesitan en casos judiciales: “Nos consultan si el doctor tal es especialista o subespecialista en tal rama, si está afiliado al gremio, si ha sido juzgado por el Tribunal de Honor, o que nombremos una terna para situaciones judiciales, y a veces nos quedamos cortos porque no tenemos esa información”.

Santiago Carrasco, presidente Federación Médica Ecuatoriana: ‘Con ley, los de mayor puntaje para posgrado elegirán hospital’

Santiago Carrasco. Foto: Cortesía

“La historia de la medicina (del país) fue destruida de la manera más infame con el Decreto 813 (entró en vigencia en 2011), en el que se eliminó gran cantidad de maestros de la medicina ecuatoriana, de los hospitales, de los centros de formación, universidades. También con la destrucción del Instituto Leopoldo Izquieta Pérez, donde se hacían vacunas, antiofídicos. (Era) un centro de referencia nacional e internacional para la medicina ecuatoriana...”.

No ha habido las condiciones para la aprobación de posgrados en el país. Muy pocas plazas se han abierto. Hace tres o cuatro años se abrió una oferta para 300 plazas (en la Universidad Central) y a nivel nacional había 8.500 médicos tratando de ingresar”.

“Con la ley de carrera sanitaria (que debe aprobar la Asamblea Nacional), los primeros que logren el mayor puntaje (en exámenes de posgrados) elegirán a qué hospital quieren ir, qué especialidad quieren hacer y podrán hacer su carrera en ese hospital si así lo quieren hasta jubilarse..., habrá estabilidad para todos los profesionales de la salud”.

Francisco Plaza, Especialista en gineco-obstetricia y cirugía oncológica: ‘Se ha ido perdiendo esa relación médico-paciente’

Francisco Plaza. Foto: Cortesía

“Antes se iniciaba una relación entre médico-paciente, lo cual era importante para los tratamientos, para los procesos de recuperación y eso es un aspecto importantísimo que se ha ido perdiendo...

Se han ido perdiendo en parte quizás por la tecnología, pero la crisis básica se dio hace unos 14 años, porque ahí (desde entes estatales) se empezó a desprestigiar a los médicos...

Se instaba a los pacientes a que por cualquier cosa los denuncien... Fueron una serie de medidas.

Por el 2008, mediante una consulta a la Corte Constitucional consiguieron una resolución que indicaba que estar afiliado a los colegios de profesionales en general era inconstitucional y que por lo tanto no había obligación de afiliarse. Esto fue un golpe mortal..., en casi todas las partes del mundo quienes controlan el ejercicio profesional son federaciones profesionales... ahora ya nadie o muchos dejaron de afiliarse... y a la par vino el famoso Decreto Ejecutivo 813, mediante el cual más de medio millar de profesionales, los de más experiencia, fueron despedidos, incluso hasta con la Policía”. (I)