Nabyla Yeber Martínez y su mamá, Rocío Martínez, viven de una manera diferente las festividades navideñas. A diferencia de otras familias que esperan la comida de Nochebuena, ellas se han enfocado en convertir, además de ese día especial, cualquier otro previo a la festividad en una ocasión especial con comida de casa.

A cuatro manos trabajan para ultimar detalles de los menús que ofrecen en su emprendimiento llamado Bossa Bistro, que nació dos años antes de la pandemia.

En estos últimos días, las emprendedoras han observado como la demanda se ha ido incrementando de forma paulatina por las reuniones que organizan grupos familiares y de amigos. La preferencia de los consumidores se ha concentrado, afirman, en este tipo de alternativas por el repunte de contagios de COVID-19 y por la inseguridad.

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En la cocina de su casa en Samanes 4, Rocío y Nabyla se ponen de acuerdo y empiezan a picar los ingredientes y colocarlos en diferentes refractarios para luego añadirlos en sus preparaciones.

El relleno navideño, que es uno de los productos que más tiempo de elaboración conlleva, es uno de los más solicitados dentro de su catálogo. El emprendimiento ofrece menús con cuatro opciones de proteínas, arroces variados, ensaladas y adicionales como postres. Los precios van desde $ 13 hasta $ 25.

“Soy una eterna enamorada de la Navidad”, dice Rocío, quien año a año toma cursos para ampliar la oferta de cenas que comercializa a domicilio. Nabyla es su mano derecha.

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El valor agregado, aseguran, es que se ajustan a lo que desea el cliente. Por ejemplo, si un grupo decide que se les dote de platos y vasos se lo hace. Asimismo, si solicitan que los menús se los coloque en sus propios bowls o en alguna fuente propia; ellas reciben los artículos y allí emplatan las cenas.

Otro de los elementos que las diferencian es que si hay personas que no consumen azúcar o algún ingrediente en específico, lo reemplazan.

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Frances Garaicoa tiene su negocio de catering y decoración de eventos desde 2017. Foto: Cortesía

Y es que ofrecer comida gourmet a domicilio fue algo que se fortaleció en pandemia y se mantiene hasta la fecha. Algunos emprendedores, tomando en cuenta cómo les fue a colegas durante el 2020 y 2021, se lanzaron a emprender en este año.

Andrea Villalba comenzó a ofrecer tres menús de cenas desde finales de noviembre. Regularmente, la joven de 25 años, acostumbraba a vender año a año piqueos para reuniones en los últimos meses del año. “Una amiga estaba con demasiados pedidos para finales de noviembre y diciembre y me dijo: Tú cocinas rico, tú podrías vender y te iría bien”.

Fue así como el 25 de noviembre tuvo sus dos primeros clientes quienes, más adelante, la recomendaron con dos empresas. Andrea, gracias a esos contratos, logró escalar y a esta fecha de diciembre tiene copados los cupos de cenas navideñas desde el 18 hasta el 31. “A mí me dicen que prefieren cenar en casa, que no quieren salir. Unos clientes pidieron cena a domicilio porque de ocho integrantes, cuatro están con COVID”, indica.

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Frances Garaicoa señala que si bien inició en 2017 con su negocio de catering y decoración de eventos, en 2020 se reconfiguró y creció.

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Durante el año más crítico de la pandemia, Frances vendió relleno navideño todo el año junto a lasañas y ceviches. En 2021, el ritmo se mantuvo, pero en este año la demanda se disparó. “Tengo que entregar cenas y relleno casi todos los días”, afirma.

Actualmente, ella trabaja bajo relación de dependencia y al salir de la oficina se dedica a su emprendimiento. Todos los días, según los requerimientos de los clientes, ella hace las compras y desde la cocina de su casa despacha a domicilios en Samborondón y Guayaquil.

Un factor que le ha permitido crecer, aseguró, es contar con el servicio de catering ya que ciertas familias solicitan el servicio completo. Los valores por plato van desde los $ 15 hasta $ 17, que incluyen dos tipos de carnes e incluso postre.

Garaicoa analiza que si bien en el 2022 no existen tantas restricciones en el país, las familias han preferido quedarse en casa y allí realizar sus reuniones de la temporada. En este año, para Navidad, tiene el pedido de unas 60 a 70 personas. “Es seguridad más que todo, he podido fidelizar a mis clientes para que si yo no puedo una fecha, ellos se organizan y así todos quedamos contentos”, dice la emprendedora. (I)