Desde hace tres meses, el hospital del IESS Teodoro Maldonado Carbo (HTMC) no tiene reactivos para la detección (por RT-PCR en tiempo real) del virus COVID-19 de los afiliados y jubilados que llegan con síntomas respiratorios a este centro de Guayaquil.

En informes de esta casa de salud se comunicó, a fines de enero, que el stock de este test era crítico; y dos meses más tarde, el 2 de abril, se detalló que ya no había estos kits en las bodegas de la institución.

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El desabastecimiento de este centro coincide con el incremento de enfermedades respiratorias por el cambio estacional. Esta semana, usuarios del IESS y de otras casas de salud con complicaciones respiratorias han asistido a laboratorios particulares para realizarse estas pruebas.

En el caso del HTMC se requieren 7.500 reactivos que permitan confirmar o descartar la presencia del coronavirus y al menos otros tres virus más, como influenza A, B y virus respiratorio sincitial (RSV). A pesar de que la emergencia sanitaria por el COVID-19 finalizó oficialmente en el país en mayo de 2023, las infecciones no se han detenido, por lo que este hospital considera que estas pruebas permiten establecer un diagnóstico “más específico” para aplicar los protocolos de atención y reubicación de los casos confirmados en determinadas áreas.

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Por ello, el hospital del IESS afirma que es “imperativo” la compra de esta prueba. Al momento, estos exámenes no son prescritos a todos los usuarios con sintomatología respiratoria. Los especialistas de emergencia, hospitalización y consulta externa priorizan estas pruebas a los pacientes con enfermedades oncológicas, renales, hematológicos y aquellos que van a ser intervenidos quirúrgicamente. También, a los niños, a las embarazadas antes del parto y a los afiliados que reciben tratamientos médicos, como quimioterapia y diálisis.

Este test se puede realizar con varios tipos de muestras, como hisopado nasofaríngeo, orofaríngeo, lavado broncoalveolar, esputo y aspirado nasofaríngeo, según señala el hospital del IESS en el proceso de contratación de este insumo médico, que se inició hace dos meses (el 7 de mayo) y hoy está en etapa de calificación de participantes.

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Esta compra se retomó luego que el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) levantara la suspensión de este proceso de subasta inversa, el pasado 8 de julio. La medida fue tomada, según la entidad de control, por haberse recibido solo una oferta. “Bajo su responsabilidad definirá la continuidad de la contratación, en razón de que la calificación y descalificación de las ofertas se fundamentan en un análisis técnico realizado por los funcionarios que conforman la comisión técnica”, añadió el Sercop, en su oficio.

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En los documentos del proceso aún no consta la propuesta del único proveedor interesado. Sin embargo, el Sercop mencionó que la oferta es de la compañía Simed S. A., creada en Quito con un capital de $ 4,5 millones. Esta firma es, también, una de las cuatro empresas que entregaron previamente sus cotizaciones a este centro de especialidades.

Con base en esas proformas y contratos similares de otros centros de salud, el hospital Teodoro Maldonado Carbo estableció el precio referencial de $ 99.300 por las 7.500 pruebas, es decir, a $ 13,24 cada una.

Otros centros, incluido el mismo HTMC, contrataron estos reactivos entre $ 7 y $ 18 durante los años 2022 y 2023; mientras que las proformas entregadas en este proceso fijaron un monto superior, dos empresas (Simed y Frisonex) coincidieron en el precio de $ 19,50 y otra compañía (Vibag) cotizó en $ 34,50 la unidad.

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De ser elegido el único proveedor oferente (Simed), el hospital deberá continuar con las siguientes fases del proceso. La calificación de participantes se estima realizar el próximo 17 de julio y, al día siguiente, se prevé iniciar y finalizar la puja. Mientras que la adjudicación se firmará, según el cronograma, el 23 de julio.

La entrega de los reactivos se debe cumplir en un lapso de hasta 150 días (cinco meses), a partir de la suscripción del contrato. Las primeras 3.000 unidades se tienen que disponer en 30 días; otras 3.000, al tercer mes; y las últimas 1.500, al finalizar el plazo.

Con estas pruebas, que deben incluir los ‘consumibles plásticos para su procesamiento’, el hospital Teodoro Maldonado Carbo estima estar abastecido para los próximos quince meses, según consta en el proceso. En estos documentos se establece, también, que el proveedor seleccionado tendrá que realizar las adecuaciones eléctricas y/o hidrosanitarias que se requieran en el laboratorio de la Unidad Técnica de Genética y Molecular para la instalación del equipamiento que analizará las muestras. (I)