Se quiebran y lloran también con sus empleados. La angustia, la incertidumbre, las deudas, la inestabilidad económica y sanitaria los agobia y los mantiene en tensión, más aún, sostienen, con las nuevas medidas tomadas por las autoridades ecuatorianas como un cuarto estado de excepción en un año de pandemia, esta vez en 16 provincias y el cual incluye el denominado confinamiento focalizado, que entró en vigencia la noche del viernes 23 de abril ante un nuevo incremento acelerado de casos de COVID-19 y de sus variantes que atacan también a grupos prioritarios, según la justificación de los funcionarios nacionales.