La creación de la Empresa Pública Municipal del Servicio Público de Faenamiento del cantón Guayaquil (Camalquil EP) tuvo luz verde por parte del cuerpo edilicio. En una de las últimas sesiones extraordinarias, los ediles aprobaron la norma que regula la creación y funcionamiento de este ente.
Camalquil EP se concibe como la instancia de “prestación del servicio de rastro” que podrá construir, equipar, operar, administrar y mantener centros de rastro para la prestación del servicio de faenamiento.
Entre los objetivos y atribuciones se establece que está facultada para generar, procesar y comercializar productos y subproductos derivados del mismo proceso de faenamiento, en cumplimiento con la normativa legal vigente.
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El histórico camal y su ubicación conflictiva
Desde hace más de una década se habló de establecer un nuevo camal fuera del barrio Cuba, sitio en el que se asienta desde 1897. En esta área urbana del sur está este espacio de faenamiento que dio paso, también, al nacimiento de tercenas en casas de la zona.
Los puestos forman hileras y los cárnicos se observan desde lejos. Camiones y camionetas llenas de producto recorren el barrio para dotar tanto a locales y comercios de este sector y fuera de él.
El sitio donde funciona el camal ha quedado dentro del área urbana, tras la expansión de la ciudad. Lo recomendable es que este tipo de infraestructuras opere por lo menos a 1 kilómetro de la población.
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En los anexos de la ordenanza aprobada se señala que desde 2023 se han efectuado dos exámenes especiales de Contraloría General del Estado, dirigidos específicamente al servicio de faenamiento con 5 y 22 recomendaciones.
Proyectos anteriores y una inversión millonaria
Durante la administración de la alcaldesa Cynthia Viteri se analizó que el centro de faenamiento se asiente en la vía a Daule, propuesta que no ha sido aceptada por comerciantes.
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En la gestión de Viteri ya se creó por ordenanza la Empresa de Rastro y se autorizó la delegación a la iniciativa privada del diseño, financiamiento, construcción, equipamiento, operación y mantenimiento del nuevo centro de faenamiento de la ciudad de Guayaquil, incluyendo el almacenamiento y refrigeración de las especies faenadas.
En ese año se detalló que el monto aproximado de inversión previsto para esta infraestructura sería de $ 20′064.603.
Sin embargo, en marzo de 2023 se derogó esta normativa y se dejó el proyecto para la administración entrante.
En esta Alcaldía aún no se ha mencionado un monto, pero ya se dio paso a la creación de la empresa pública que cristalizaría el proyecto del camal en la vía a Chorrillo.
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Vecinos y comerciantes, entre la expectativa y el rechazo
Entre los comerciantes y residentes del barrio Cuba hay opiniones divididas. Pues hay quienes se han dedicado por generaciones a la venta de cárnicos y no ven otra actividad fuera de eso en un futuro.
“Otra vez nos dicen lo del camal, lo vamos escuchando desde hace años y la verdad no, no estamos de acuerdo porque nos quitarían nuestra fuente de ingresos, la de miles de familias”, dijo una comerciante.
“Hay que ver qué facilidades dan para instalar nuestro puestito allá o nos dejen tener uno aquí y mantener en el sur una extensión del camal, por nuestros clientes”, mencionó otro vendedor de cárnicos.
Entre vecinos, en cambio, hay expectativa porque aseguran, “eso devolvería el barrio a la gente”. Moradores de la av. José Vicente Trujillo dicen que con la salida del centro el sector tendría otra cara.
María Chaguay señaló que con el funcionamiento del camal se ha dado paso -en los últimos años- a la llegada de personas ajenas al sector e incluso la presencia de los ‘vacunadores’. “Tener un barrio Cuba en el que se pueda volver a caminar, sin motos con personas raras sería ideal”, comentó Chaguay.
Para vecinos, la salida del camal debe traer consigo un plan para reactivar el barrio y que se implemente algún proyecto de canchas, algún CAMI o un parque para los niños. (I)
