Como buena guayaquileña se define como una mujer trabajadora, con mucho ímpetu de servir a su ciudad y gran convicción de ver un constante progreso en ella. El servicio público siempre le llamó la atención y en mayo de este año asumió su reto más importante hasta ahora, la presidencia de la Empresa Pública Municipal de Turismo, Relaciones Internacionales y Cultura de Guayaquil (EPMT).