Daniela Romero Bermeo, estudiante de quinto semestre de Biología de la Escuela Superior Politécnica (Espol), desde hace varias semanas habita en un departamento contenedor con su hermano Santiago, quien cursa su primer ciclo de estudios en la carrera de Ingeniería Civil.

Ambos han tenido un impacto vivencial por el cambio de ciudad, puesto que el ambiente en su natal Zamora es mucho más tranquilo que Guayaquil. Esta estudiante resaltó que este espacio de residencias en el campus le ayuda a que su hermano se acople al ritmo de estudios en ese sitio, justamente a ella en sus primeros semestres le tocó habitar en viviendas en el norte y tenía que cumplir largos traslados en bus al campus y con temor por la inseguridad que sufre la urbe.

La productividad laboral y empresarial del Litoral se potenciará con programa liderado por la Espol con apoyo del BID

La estudiante, de 21 años, expuso que esta idea de habitar con su hermano, de 18, es buena porque así están acompañados, se pueden apoyar, se facilita su movilidad y aporta tranquilidad en temas de seguridad y para concentrarse en sus tareas.

Publicidad

“Mis padres tenían un poco de miedo por lo que pasaba aquí, por cómo se estaba tornando Guayaquil, y para evitar dejar mi carrera aquí, que la verdad me gusta mucho estudiar en Espol por todas las oportunidades que nos da, me ha servido estar en las residencias”, comentó.

Los hermanos Romero son parte de los 90 estudiantes que habitan en diez bloques de tres pisos en los que se distribuyen las residencias politécnicas asignadas a estudiantes universitarios.

Este espacio se sitúa a pocos metros de la vía que cruza el espacio universitario, rodeado de un ambiente matizado por el bosque y los distintos edificios, laboratorios y zonas de esparcimiento que ofrece el campus.

Publicidad

Daniela es parte de los estudiantes que habitan en residencias de la Espol. Foto: Ronald Cedeño

Este programa de residencias en contenedores cumple su segunda etapa, siendo el hogar temporal de 90 estudiantes en condición de vulnerabilidad de catorce provincias del país. Un total de 44 universitarios se ubicaron en la fase 1 y 46 en la fase 2. Ellos son originarios de Santo Domingo, Santa Elena, Los Ríos, El Oro, Manabí, Esmeraldas, Azuay, Loja, Cañar, Chimborazo, Pichincha, Zamora Chinchipe, Orellana y Napo.

Cada fase del proyecto cuenta con cinco torres de tres niveles formadas por tres contenedores apilados y segmentados. En 45 contenedores climatizados tienen área común, cocina, comedor, un baño, dos dormitorios y además mobiliario e instalaciones hidrosanitarias.

Publicidad

Además, en sus instalaciones cuentan con agua potable por tubería, instalaciones de aguas servidas, conexiones eléctricas, conexiones de datos y área de recreación, lavandería y minimarket.

Politécnicos viven en residencias-contenedores con apoyo de Espol en campus Vacas Galindo. En dos etapas se distribuye proyecto. Foto: Ronald Cedeño

El bosque de Prosperina se vuelve a abrir a visitantes, pero ahora con normas como parte del plan de manejo integral

La movilización cercana a sus espacios de estudios, mantenerse en un entorno tranquilo y natural y sentirse integrados con sus compañeros de hogar son parte de los aspectos positivos que resaltan los estudiantes que habitan en estas residencias.

A diario, contó Romero, gusta de ocupar su espacio en su cuarto para llevar sus estudios, mantener reuniones virtuales y hacer investigaciones, en tanto que con su hermano se turnan la preparación de los desayunos.

“Se me hizo curioso vivir en contenedores, había visto proyectos sostenibles, es bonito porque de alguna manera tenemos un proyecto sostenible para reutilizar cosas“, explicó.

Publicidad

La mayoría del tiempo en días de clase, ella suele estar en los edificios donde dan las materias, luego continúa en los laboratorios de Biología (Biomedicina en el área de diagnóstico) realizando prácticas, ampliando sus conocimientos y participando de investigaciones con el apoyo de docentes, por lo que estar en ese sitio de residencia le facilita cumplir más horas en el campus.

“Nos sentimos como en casa, es una convivencia armoniosa, estar aquí ha sido muy bueno”, explicó ella.

Jóvenes gustan de espacio para estudiar

Entre los estudiantes beneficiados también está Bercelio Lucas Aguirre, estudiante de octavo semestre de Ingeniería Química, oriundo de Santo Domingo. Él habita desde hace un año en ese sitio. En su habitación cuenta con una vista del bosque que rodea al campus y su fauna. No hay mayor ruido.

Debido a esas condiciones, en este espacio suele pasar su tiempo para descansar, hacer tareas, seguir videos de clases y revisar sus libros. Él comparte un departamento del sitio con Iván Lucas, otro estudiante de la Espol, oriundo de Santa Elena, quien en ciertos fines de semana se moviliza a su lugar natal.

“Uno de esos cambios entre este sitio y otros que estuve antes fue que en la ciudad escuchas demasiado ruido y no se puede estudiar, en cambio aquí, a las seis de la tarde llega el silencio y te sientes cómodo para estudiar”, expuso.

En este año, explicó, ha tenido que adaptarse a normas de convivencia implementadas en las residencias y además acoplarse a compartir con un compañero, respetar el descanso de él, las horas de silencio desde las 22:00, y demás.

“Me llevo bien con él, en ocasiones salimos a correr, hacer actividades juntos y también hay días de fin de semana que hacemos comida compartida”, dijo el joven tsáchila, de 26 años, que en los fines de semana permanece en las residencias para hacer tareas y estudiar sus materias.

Debido a la cercanía con los puntos de estudio, él detalló que en términos académicos le ha ayudado mucho, se ahorra tiempo, además cuenta con espacios seguros y aprovecha áreas de naturaleza para hacer deporte.

Así como Romero, suele pasar la mayoría del tiempo en clases y a partir del final de la tarde regresa para realizar tareas, la cena y seguir estudiando en su cuarto.

Espol implementa laboratorio de reciclaje a través de convenio con Ecohome

Estudiantes pueden continuar sus estudios por residencia

En otro de los bloques habita Kevin Guapi, joven de 22 años originario de Cuenca, quien ha retomado sus estudios a partir de este semestre en Ingeniería Naval. Él comparte espacio con otro estudiante de la capital y que sigue su misma carrera.

Kevin Guapi, de Cuenca, pudo retomar sus estudios al poder habitar de manera gratuita en este espacio. Foto: Ronald Cedeño

Antes él solía moverse del sur de la urbe hasta la Espol en dos buses de transporte público y en una ocasión le asaltaron en la vía Perimetral. Debido a estos problemas, como la inseguridad y asuntos familiares, él paró sus estudios durante dos años, pero ahora con la oportunidad que le dieron en la Espol para habitar en este espacio pudo reanudar su carrera.

“Esto es un nuevo ambiente, siento que al estar aquí no me debo preocupar por más cosas, como inseguridad y transporte; siento que con mucho esfuerzo se puede progresar“, dijo el estudiante de sexto semestre.

Con su compañero de espacio, Guapi comparte las tareas de hogar: limpieza de baño, recolección de desechos y también la preparación de comida para ambos. Ellos suelen hacer una lista y acuden a comprar al minimarket de la Espol o a supermercados cercanos de la av. Rodríguez Bonín. Muy poco salen a espacios de la ciudad por temas económicos.

Él es el único que ha podido avanzar en la educación universitaria en su familia. Aquello lo motiva para lograr ser un profesional y ayudar a sus allegados, sobre todo a su madre que habita en Cuenca.

“Siento que es una manera sustentable de hacer una casa, porque un contenedor lo pueden botar y esta es una manera inteligente de aprovechar algo que se pudo desechar. Pensé que me iba a quedar pequeño, es muy acogedor, suficiente para dos personas”, aseveró.

En estos espacios, los estudiantes reciben los servicios totalmente gratuitos por parte de la Espol. Además, la universidad realiza varias actividades para motivar la integración entre los universitarios que habitan las residencias. (I)