Un grupo de treinta vecinos de Samanes 4 comparte villancicos y oraciones al pie de un espacio del parque La Unión, en donde han decorado varios árboles con luces, instalado campanas hechas con macetero y una estrella sobre un cartel alusivo al nacimiento del niño Jesús.

Allí, ellos celebran la tradicional posada navideña que regularmente se celebra en los días antes de la Nochebuena, entre 16 al 24 de diciembre.

En estas noches, en los minutos antes de las 19:00, los moradores instalan sillas, mientras otros llegan con instrumentos musicales y las hojas con las que acompañarán los cánticos de villancicos y oraciones.

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En varios barrios, como Samanes y Simón Bolívar, se replican estos encuentros para mantener vivo el espíritu de solidaridad, la unión e integración entre los residentes.

Este año, en Samanes 4, ocho vecinos se prestaron como voluntarios en las distintas iniciativas para el armado del escenario del parque y organización de la posada.

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Cada noche, desde el fin de semana anterior, se dan los encuentros en compañía de las religiosas, además de niños y adultos mayores, quienes salen de sus domicilios hacia el parque con mayor tranquilidad puesto que en la zona se han instalado rejas en los accesos por temas de seguridad.

En la novena se animan a compartir distintos aperitivos como chocolate, sánduches, gaseosas, entre otros, que se presentan por voluntades de los vecinos. Desde 2017, cuando obtuvieron un premio en el concurso municipal Mejoremos nuestro parque, se aplican mejoras en el área recreativa y se instauró la celebración de la posada navideña con los moradores, contaron vecinos.

“Siempre hay una vecina que tiene el don de hacer manualidades, para hacer decoraciones, una noche colabora el uno y otra noche otro, todos de la manera que más saben”, explicó Karla Maldonado, una de las voluntarias y vecinas participantes.

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Maldonado resaltó que este parque se mantiene activo con la posada navideña y además con la presencia de padres y niños que asisten a diario tanto para conversar y jugar entre ellos. De esa manera se evita lo que sucede en otros barrios donde las áreas verdes permanecen abandonadas o descuidadas, apuntó.

Es positivo que todas las acciones que sean para sumar y tener el parque abierto. Esa es la parte simpática, al final de estos días tan difíciles que tiene el Ecuador, esto debe sumar para bajar todo el miedo y terror que se vive en el país. Tratamos de mantener viva la tradición, primero por el sentido de comunidad y segundo porque un espacio vacío, principalmente los parques, es un sitio que se puede prestar para otras cosas, buscamos que la gente tenga un espacio”, dijo la vecina.

En el último día de novena, el 23, se dará una misa campal en el templete de la parroquia Beata Mercedes de Jesús Molina con la presencia de vecinos de las otras etapas de Samanes, en donde también se replican jornadas de posadas navideñas.

En el resto del año, los voluntarios de Samanes 4 se encargan de auspiciar el cuidado del parque en distintas tareas como la poda baja y otras mejoras. En el siguiente año, por ejemplo, aspiran a realizar una mejora de plantas. “La idea no es solo aparecer en Navidad no tendría sentido la comunidad tiene que hacerse siempre”, dijo Maldonado, quien además mencionó que producto de la unión se da apoyo a servidores policiales y coordinación con Urvaseo para la recolección de desechos.

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En la ciudadela Simón Bolívar, en este mes, vecinos también se integran en una posada navideña que recorre viviendas y parques. En el resto del año también se junta para otras actividades y necesidades de la iglesia Niña María.

Vecinos comparten posada navideña en glorieta de parque de la cdla. Simón Bolívar. En otros días, ellos se reúnen en viviendas de vecinos. Foto: El Universo

Cada noche de novena, ellos comparten la misa en la parroquia Niña María con monseñor César León, párroco del sector, y luego salen a recorrer las peatonales hasta llegar al sitio escogido para ese día. En ese camino comparten la oración del Padre Nuestro y una canción, en medio del sonido de instrumentos musicales que llevan los vecinos.

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Este evento lleva alrededor de diez años, desde que estuvo el párroco Alberto Raad, ahora a cargo de la parroquia San Gabriel de la Dolorosa, en Kennedy. En este año continúan la tradición con monseñor León, quien ahora es el párroco.

El domingo anterior, la villa escogida para la posada fue la vivienda de Jackeline Plúa de Loyola, mientras el lunes anterior se dio en uno de los parques del sector. En la vivienda de la moradora compartieron cánticos, preguntas y reflexiones respecto al capítulo del Evangelio del día. Allí además ofrecieron sánduches y chocolates a los vecinos asistentes.

Plúa, una de las anfitrionas de la posada, consideró vital el involucramiento de los menores en esta actividad, ya que pueden instaurar ciertas prácticas en su vida diaria como la solidaridad, compartir entre vecinos y conocer los mensajes de enseñanza de los adultos y el sacerdote León.

Lo importante es que haya niños porque ellos tienen que aprender esta tradición y se les quede en la mente estos momentos. La historia de su vida después la pueden repetir cuando tengan sus familias. Se mantiene viva la tradición, pero siempre bajo la guía del sacerdote, sino tuviéramos eso sería muy complicado podernos integrar “, comentó.

Ella resaltó que esta integración fortalece a la comunidad y se incentiva la participación de los fieles en otras iniciativas de la iglesia, como la festividad de la Niña María, rezos del rosario e incluso donaciones a las personas más desprotegidas. (I)