Los clásicos que aún siguen vivos y activos son pocos. Son aquellos que han engendrado durante su existencia un tipo de cine que no se puede sustituir y que a pesar del paso del tiempo, no se resignan a tirar la toalla sino que se vuelven más creativos para continuar ofreciendo historias imperecederas.

Francis Ford Coppola tiene estas credenciales, es como una raza casi extinta. La mayoría lo relaciona con grandes producciones hollywoodenses, unas convertidas en fracasos comerciales, otras en verdaderos bombazos taquilleros que emanan sutileza, lenguajes complejos, irreverencia.

Francis Ford Coppola, la leyenda viva del cine

Publicidad

En 2009, Tetro se estrenó en algunas salas –no todas incluyendo Ecuador– un proyecto –en ese entonces– su autor, escritor, productor y director, lo definió como su película “más íntima, personal y estéticamente más bella” que había rodado. A muchos les recordará a La ley de la calle (1982), otra obra maestra de Coppola, nutrida con aportes estadounidense-argentino-españoles.

La historia de Tetro transcurre en una atmósfera misteriosa en blanco y negro del icónico barrio bonaerense de La Boca, con Bennie (interpretado por Alden Ehrenreich en su debut revelación) y Ángelo (encarnado por el estadounidense Vincent Gallo). Bennie regresa a la capital argentina para buscar a su hermano mayor desaparecido hace diez años. Tanto él como su familia de emigrantes italianos, se habían mudado a Nueva York debido a la exitosa carrera del padre, un renombrado director de orquesta. Cuando, por fin, Bennie lo encuentra se lleva una gran decepción: el brillante poeta Tetro ya no es el ídolo de su infancia, se ha convertido en alguien distante y desilusionado que no quiere saber nada de su familia. Pero el menor de los Tetrocini se arriesga y quiere llegar al fondo, le urge saber qué le está pasando a su hermano. Es cuando termina saliendo a la luz un terrible secreto a través de un triángulo que se crea entre ellos dos y la amante de Tetro, Miranda (Maribel Verdú).

Tetro, que marcó el regreso del director de la saga de El Padrino al cine completamente de autor, es un drama familiar que deja entrever secretos y traumas muy hondos. Cuando se estrenó, algunos críticos salieron “horrorizados” del cine, pero el tiempo permitiría que el filme vaya acomodándose, vaya encajando y finalmente tildarla como “una obra confusa y fascinante, imperfecta y desbarrada” (Gonzalo de Pedro de sensacine.com).

Publicidad

“Si bien me inspiré en algunas experiencias personales para escribir esta historia de una conflictuada y a su vez creativa familia, no es de ninguna manera un filme autobiográfico”, indicó el cineasta estadounidense en 2008, cuando terminó de rodar Tetro en La Patagonia y Buenos Aires, ciudad donde sufrió el robo –en 2007– de la computadora que contenía, entre otra información, el guion. Los delincuentes entraron a las oficinas de la productora que el cineasta abrió allí.

Coppola, que es el ‘gran invitado’ al Festival de Cine La Orquídea y que se desarrolla hasta el 26 de octubre en la ciudad de Cuenca, habló en 2009 sobre la influencia del teatro en su película más interiorista. “Aunque la historia de Tetro tiene poco que ver con la historia de mi propia vida, todos los personajes encarnan partes mías. Escribí una historia completamente ficticia que, sin embargo, se nutre de memorias de mi familia. Posee una gran influencia de las películas y obras de teatro que admiré cuando estudiaba arte dramático y era aspirante a dramaturgo. En la tradición teatral de Dulce pájaro de juventud o La gata sobre el tejado de zinc de Tennessee Williams, o incluso de Deseo bajo los olmos de Eugene O’Neill, la figura del padre en Tetro es, en cierto sentido, un padre ‘bíblico’, cruel y dominante, alguien que tendrá que ser destruido para que sus hijos sobrevivan. Desde los comienzos del tiempo e incluso en el reino animal, todos hemos estado en competencia con los hombres más poderosos de la familia. Mi propio padre no era así, era bondadoso e inspirador, pero porque era brillante y algo vanidoso, solo era cuestión de dar unos cuantos pasos más para convertirlo en un monstruo”.

Publicidad

Como dato, Tetro inicialmente sería protagonizada por Javier Bardem y Matt Dillon.

Empresario

Convertido en un multimillonario propietario de empresas de alimentos (pastas y salsas: Mammarella), cafeterías, impresos (revista literaria Zoetrope All-Story) y hoteles, Francis Ford Coppola es un exitoso empresario dueño de la bodega Niebaum-Coppola Estate Winery, que se encuentra en el condado de Sonoma, en California. Se trata de uno de los sitios turísticos que tiene gran acogida por quienes gustan del cine y del vino, ya que con la viña convive un museo iconográfico para los fans del director donde se pueden ver vestuarios y utilería de sus películas así como sus cinco premios Óscar.

Además, los Coppola cuentan con hoteles en Belize, Guatemala, Argentina e Italia, todos con la tendencia hacia el disfrute de la naturaleza. En Argentina, la propiedad se llama Bourbon Exclusive Jardín, que se encuentra “escondido” en la exclusiva zona de Palermo Soho en Buenos Aires, rodeado de restaurantes de lujo, tiendas y bares, en el mero centro del ocio nocturno. Es una vieja casona con patio interno y piscina, que Coppola adquirió debido a sus frecuentes viajes a Argentina para catar vinos. Eso sí: este hotel es un homenaje a sí mismo, porque parte del atractivo que mercadean es, por ejemplo, que la habitación Bolaño –llamada así en homenaje al escritor chileno– está al lado de la que ocupa Francis Ford Coppola. O que en la habitación Cortázar fue donde la esposa de Francis escribió un guion o donde se aloja su hija Sophia de vez en cuando.

Publicidad

Hace poco lanzó una nueva línea de tintos y blancos, llamada Encyclopedia Wines, que incluye un Malbec y un Torrontés elaborados en Mendoza (Argentina). En su página web (www.francisfordcoppolawinery.com) se explica: “Es para gente que quiere saber más sobre el vino; cómo está relacionado con la geografía, la historia y los mitos; después de todo, el vino es descubrimiento. Lo interesante de la propuesta es que todos los vinos provienen de distintas partes del mundo, para poder así lograr que todos aprendan sobre las variedades que hay en cada país”.

A un valor de $ 15 por botella, dentro de la gama se puede elegir un Pinot Grigio del Véneto, Italia; un Cabernet Sauvignon de la región de Burdeos, Francia; un Tempranillo de Yecla, en la provincia de Murcia, España; o un Riesling de Alemania. (A. C. J.)

Fuentes: Agencias e internet