Si alguien no ha visto en los medios tradicionales y en las redes sociales todo el movimiento que desde el 20 de noviembre el colectivo interdisciplinario chileno de mujeres ‘Las Tesis’ ha generado a nivel mundial, vale que lo vea. Y si no le hace mucho al Twitter, esta columna puede servir justamente para compartir lo que por ahí se lee. Claro que lo mejor es ver y escuchar lo que las mujeres dicen, así como leer las reflexiones y denuncias que se publican. Pero haré mi mejor esfuerzo por dejar en este espacio su sentir.

Algo que me gusta de Twitter es que se ha convertido en el espacio de libre expresión corta y precisa. Si bien en mi columna anterior hablé del arte de callar, estoy consciente de que hay cosas que deben denunciarse. Y una de ellas es la injusticia, los abusos y daños ejercidos por otros, muy especialmente si esos otros son una autoridad. Una cosa es decidir de manera consciente callar y otra muy diferente es callar por miedo.

Cuando esto sucede, el grito se escapa suavecito como el vapor de la olla de presión y se hace escuchar no por su intensidad necesariamente, sino por su constancia. Es lo que pasó con “el violador eres tú”, frase que repite el performance de las mujeres chilenas y que ahora se ha extendido a muchos lugares del mundo y se ha viralizado en las redes sociales.

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Este fragmento de una obra de teatro que nunca se estrenó es el performance que ha inspirado a muchas a contar su propia historia. “Y la culpa no era mía (era mi abuelo), ni cómo andaba (uniforme escolar), ni cómo dormía (8 años, esperando que llegara mi mamá). Me costó 40 años escribirlo, lejos lo más descarnado que he confesado. No espero palabras, solo un emoji de empatía, no es fácil. ¡Gracias!”, es solo un ejemplo, real, de lo que se denuncia en las redes. La autora no solo recibe emojis, también palabras cálidas y anécdotas similares.

Hay quienes también traspolan la frase a temas políticos y mencionan a quienes representan a lo que sigue en el canto: “el estado opresor, es un macho violador”. Y no falta el que se burla de todo y lanza unos comentarios dignos de ignorar.

Luego de leer cientos de mensajes inspirados en estas frases de Las Tesis, de ver a mujeres de diferentes países e idiomas hacer la misma coreografía y cantar el mismo texto, quedo espeluznada como también gustosa. Me espeluzna ver historias similares en culturas diferentes, cómo me da gusto ver la valentía de quienes denuncian. Me espeluzna leer comentarios de quienes dicen “por qué no lo denunció antes”, como me da gusto ver que quienes no han tenido la experiencia sienten empatía.

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“El violador eres tú” es el silbido de la olla de presión que retumba en la cocina del mundo, donde se cocinan intereses de todo tipo y de manera inconsciente se gestan recetas para cuerpos sin alma. Es tiempo de cambiar, para que cuando se destape la olla no nos salten los frijoles en la cara. (O)