Perder el tiempo se ha convertido en nuestro mejor hobbie. Nos lo demuestra el celular con su reporte semanal de uso de este aparato en el que estadísticamente nos arroja el porcentaje de la semana que fue dedicado a cada cosa, en qué horario y haciendo qué. El entretenimiento pasa a ser la actividad más realizada y reír, algo tan deleitante y positivo para nuestra salud, a veces ha pasado a confundirse con burlas y menosprecios.

Criticamos el bullying, pero compartimos memes, videos de problemas ajenos, fotos de maridos o mujeres pescados infraganti. Y no nos damos cuenta de que estamos “buleando” colectivamente a personas que a veces ni conocemos. Hago esta reflexión porque, revisando el 2019, noté que esta fue una constante en las redes sociales y principalmente en el WhatsApp. No fue nuevo, sino más frecuente.

El 2020 se viene cargado de recursos tecnológicos que se han ido perfeccionando para que le saquemos más provecho al tiempo y simplifiquemos métodos de producción o labores cotidianas. Los que lo aprovechan llevan la delantera"

Los stickers nos invadieron al punto en que ya no respondemos con palabras sino con estos curiosos dibujitos, fotos, gifs o memes. Es más que divertido, no lo dudo. Pero rescato la preocupación de una amiga cercana que llegó a fastidiarse con los stickers y a cambio nos pedía decirlo con palabras. Aunque se demora un poco más, es posible, solo que no tan chistoso. Y por lo visto lo que queremos es reír.

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Al parecer llevamos el circo, que a la humanidad le gusta desde tiempos de los romanos, a todas las esferas que vayamos creando. Por eso, resulta tan fascinante el mundo de los memes. Reaccionamos con memes ante feriados, crisis económicas y políticas e incluso guerras. Y nos hemos dado la palmadita en la espalda pensando ¡qué capacidad tenemos de reírnos de nuestros problemas! ¿Pero y si el problema no es precisamente nuestro o es nuestro pero también de alguien más, como por ejemplo el resto del país? ¿Si esa guerra la están sufriendo otros? ¿Si esa crisis matrimonial, económica, política, le está afectando a otros? ¿Igual nos parece gracioso?

Decimos que para qué prender la televisión si con el celular tenemos suficiente. Es cierto, es mejor ver la telenovela de actores conocidos. Es más divertido reírnos de los problemas ajenos, pagar para ir a ver espectáculos que en lugar de disfrutarlos anteponemos el celular para grabarlos, como queriendo apropiarnos del momento, guardarlo en nuestra nube y publicarlo para tener la primicia. Y pagamos por el celular último modelo, pero no exploramos todas las herramientas que este nos da.

El 2020 se viene cargado de recursos tecnológicos que se han ido perfeccionando para que le saquemos más provecho al tiempo y simplifiquemos métodos de producción o labores cotidianas. Los que lo aprovechan llevan la delantera. Los que lo emplean para seguir riendo, llevan una alegre vida. Sin embargo, estoy segura de que los primeros mencionados, al final, reirán mejor.

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No quiero sonar a amargada, ni cortarles la risa. Porque la risa que viene del alma eleva nuestra vibración, la que viene del ego no. Que este nuevo año nuestras risas, tiempo, energía, recursos y vida sean mejor aprovechados. Por el bien común. (O)