¿Algún día retornaremos los guayaquileños a regocijarnos de la experiencia y convivio teatral? La interrogante surge desde el sueño que teatristas y espectadores estamos teniendo todas estas noches angustiosas. A las personas que somos una con las tablas y la butaca, la sensibilidad nos caracteriza y que con la pesadilla coronoconspiranoicoviral del momento, nuestro cuerpo se tornó a una incandescencia emocional tal, la misma que desaparecerá cuando nos encontremos otra vez cara a cara en la fuente catártica llamada teatro.