Que Fiorella Solines Zea y su hermana Nicole hayan logrado embarazarse casi al mismo tiempo todavía no se lo pueden explicar. Es ese tipo de situaciones en la vida que, aunque no se planean, salen mejor de lo que uno espera (y con la gracia de Dios, porque ellas son muy creyentes).
Sus pequeñas Philippa y Sienna (las hijas de cada una, respectivamente) no solo serán primas hermanas, por la sangre familiar. Pero lo más especial y cautivador es que la cercanía de las hermanas, a pesar de su diferencia de edad (15 años), destina a las niñas a ser mejores amigas. Al menos así lo sueñan las Solines, como lo expresan en esta sesión de fotos, posando con unas barrigas que lucen listas para ‘explotar de amor‘.
Sin duda es un sueño ser madre, repiten Fiorella y Nicole, a quienes la maternidad se les manifestó de formas diferentes, con alegrías y también desafíos, como lo han compartido públicamente en sus redes sociales.
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Ser madre antes de los 40
En más de una ocasión, la presentadora de televisión Fiorella Solines había expresado su deseo de convertirse en madre. Solía decirse, tal como contó en una entrevista anterior, “este será el año”. Pero por su trabajo lo fue postergando, hasta que su edad la confrontó.
“Este año cumplí 38 años, me estoy acercando a los 40. No podíamos seguir postergándolo”, explica Fiorella. Vivir en el exterior (ella se radicó en Miami), viajar por su trabajo (a cubrir semanas y eventos de moda para Girls O’Clock) y el hecho de que su esposo, en cambio, se mantenga en Ecuador (por su empresa) también les estaba dificultando la tarea.
Pero desde que Fiorella regresó a la conducción de Yo me llamo (Teleamazonas), en su última temporada, su dinámica se volvió más quieta. Empezaron los intentos: no fueron muchos. Luego de una operación para retirarse unos quistes en noviembre del año pasado, dos meses de descanso y un viaje a Milán en febrero, para finales de marzo empezó la dulce espera. Recibirá a Filipa por cesárea, a mediados de diciembre.
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“Fue sumamente rápido y lo que más nos sorprendió, que para mí es una bendición de Dios, es que mis bebés inicialmente eran dos”, recuerda. “Fue impresionante, con mi esposo teníamos un plan de por lo menos 6 meses intentarlo de forma natural”, cuenta, con la idea de que la reproducción asistida hubiera sido una posibilidad, de darse el caso. Pero no fue necesario.
Pasados los 35 años de la mujer, al embarazo se lo conoce como ‘geriátrico’, o de ‘edad materna avanzada’. No es algo que le preocupa a Fiorella. “Para nada, me siento súperbien. Llegó en un momento que me siento tan plena con la vida que tengo, con mi esposo, con mi trabajo, con mi salud, con todo lo que me sucede. A fin de cuentas también me he preparado, intentando hacer todo lo que está en mis manos para darle a mi hija lo mejor de mí. Eso también está en la mente y este equilibrio que tengo hoy no lo hubiera tenido posiblemente cuando era más joven”.
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Esa misma seguridad le hizo sentir que la vida había empezado a crearse en su vientre sin efectuarse una prueba rápida. “Hay gente que dice que no se da cuenta hasta mucho tiempo después, cuando tienen meses. Yo lo supe desde el primer momento, mi cuerpo me lo decía de muchas formas. Además, mis perros estaban en alerta, me dejaban saber que sabían algo. Uno no se despegaba de mi barriga, y el otro tenía como una necesidad de estar atrás conmigo”.
Cuando finalmente obtuvo los resultados de la prueba de sangre, mientras estaba en el estudio del reality de imitadores de canto, su primera reacción fue no creerlo. “Nunca me imaginé que la infinita misericordia de Dios me iba a regalar la maternidad así de rápido”.
Le costó asimilarlo. “Hay madres que desde el primer momento conectan con la situación. A mí me tomó un poquito más asimilarlo, a pesar de que mi cuerpo iba cambiando y que es una niña super deseada. Hay momentos en los que aún te parece mentira que está creciendo una vida dentro de ti, porque la parte lógica de la mente no te permite entender que es real”.
Pero entrando en el último trimestre, la conexión se ha potenciado. “La siento muy mía, siento cómo se mueve. Hemos descubierto cómo cierta comida hace que se mueva mucho más que otras veces. En los últimos meses he podido sentir esa conexión que te explican de la maternidad, de sentir a los hijos como como parte de uno y a la vez como este nuevo ser humano que viene en camino”.
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Eran dos, pero viene una con la fuerza de dos
A los 5 meses de gestación, Fiorella subió una publicación en Instagram contando a sus seguidores que inicialmente su embarazo era de gemelas, algo que también había sido su sueño de toda la vida. Pero luego de semanas después de la séptima, una de las niñas, Federica, no sobrevivió.
“Mucha gente coincidirá conmigo. Uno piensa que tiene dolores o sufrimientos, hasta que te das cuenta que la vida es efímera. Cuando te enteras que vas a ser padre esta pérdida es difícil de explicar. Era parte de ti, pero a la vez nunca se llegó a concretar”.
Decidió contarlo como una forma de sanar. “Para mí fue importante contarlo, porque ella es parte de mí y siempre lo será. Por eso digo, siempre voy a ser mamá de dos, a pesar de que solo una viene. Cuando empecé a hablar de la pérdida realmente pude empezar a sanar. Es triste y doloroso dejar ir la idea de cómo uno imagina a sus hijos. Me topé con la gran sorpresa de la cantidad de gente que está buscando también dejar salir ese dolor, porque es muy común”.
A Fiorella no se le empaña la mirada al recordar a Federica, sí por la expectativa de su nuevo capítulo con Filippa. “Espero poder devolverle toda la felicidad que ella le ha traído a mi vida con su llegada. Y espero haber podido aprender de mi mamá, en esa entrega de amor todo lo que yo espero poderle dar a ella”.
Siempre quiso ser mamá
La mayor lo venía postergando, la menor en cambio lo quiso concretar lo más pronto posible. Nicole, de 23 años, es la más pequeña de los hermanos Solines Zea. Está terminando la carrera de finanzas y trabaja en el área de ventas en la inmobiliaria de su familia.
“Desde que era muy pequeña siempre supe que quería ser mamá. Siempre tuve pasión por los niños, vivo rodeada de niños porque tengo 9 sobrinos. Me encantan los niños y siempre supe que quería dedicar mi vida a criar a una persona y tener una familia, aparte de mis metas profesionales”.
Es más, agrega, sentía miedo de tener que alargar un poco ese proceso y que nunca pase. “Creo que en general hay muchas personas que tienen el miedo de no poder ser mamás. Cuando yo tenía 18 años me dijeron que tenía endometriosis. Si bien no es un impedimento para quedar embarazada, sí me dijeron que iba a ser más complicado”.
A su joven edad, el camino de la maternidad de Nicole está marcado por una pérdida. Hace dos años, en el 2023, falleció su primera hija a los 9 días de nacida. Fiorella, de hecho, tiene tatuado en la muñeca en rojo terracota el nombre ‘mili’, en alusión a la palabra milagro, en honor a su sobrina.
“Mi hija Nicole vino de sorpresa al mundo y no me lo esperaba al principio. Me enamoré tanto de ella y de compartir mi vida con ella que, cuando falleció, para mí fue un dolor tan grande y superar su pérdida es muy difícil”, ilustra. “Es una huella que vive en mí todos los días y mi amor por ella crece también todos los días”.
Esta producción fotográfica se desarrolló apenas días antes de su cesárea planificada para su hija Sienna. En ese entonces admitió que tenía un poco de miedo, al estar cerca del alumbramiento. Finalmente la pequeña nació el domingo 16 de noviembre, mostrándose muy sana y muy hermosa en redes sociales, tal como la presentaron su mamá y su tía.
“Cualquier persona tiene miedo de que vuelva a pasar algo parecido, más aún teniendo en cuenta de que mi primer embarazo, desde el quinto mes, tuvo un diagnóstico un poco complicado. Después de haber tenido una fiebre de 40 grados, la bebé presentaba restricción de crecimiento, la placenta no la estaba alimentando como tenía. Me mandaron a hacer muchísimos exámenes genéticos y de todo tipo. Nunca se encontró una razón como tal. Nicole nació de 29 semanas, una bebé prematura extrema”.
Recuerda que cuando se enteró de su segundo embarazo, revivió el duelo en medio de su felicidad. “Fue muy complicado los primeros meses, porque iba a las ecografías y estaba feliz, pero una parte de mí trataba de proteger mi corazón”, relata.
“Había un miedo de que se repita lo mismo, de que algo no salga bien, de que una parte de mí iba a desplazar a mi hija. Pero el corazón de una madre se expande, no es que amas más a un bebé o a otro. Con el tiempo aprendes a amar a los dos de la misma forma. Nicole es mi hija que está en el cielo y que me acompaña todos los días y Sienna es mi hija que me va a acompañar en la tierra”.
Pero mayor que el miedo es su fé en Dios. Los Solines Zea son muy creyentes de los milagros, en especial desde que la madre Ángela sobrevivió una complicación justamente en el parto de su última hija. “Estoy muy positiva, también mi familia es muy religiosa, somos muy creyentes”.
La más chiquita del clan había manifestado este momento desde pequeña, evoca Fiorella, revelando que cuando Nicole era niña se imaginaba estar embarazada al mismo tiempo que su hermana mayor. Algo que Fiorella veía entonces demasiado improbable. Pero se cumplió.
“Yo creo que las niñas van a ser muy unidas. Fiorella y yo, a pesar de la diferencia de edad, siempre fuimos muy cercanas y unidas. Aparte de ser mi hermana es como mi mamá y mi mejor amiga, compartimos muchas cosas juntas y pasamos la mayoría del tiempo juntas. Hemos imaginado nuestra vida con las bebés, planificar los cumpleaños juntas, pasear juntas”. (E)







