Un estudio científico evidenció que las tortugas gigantes de la isla Santa Cruz, en Galápagos, están ingiriendo plásticos en y cerca de las áreas urbanas.

El estudio, publicado esta semana en la revista Environmental Pollution, evaluó la ingestión de desechos por parte de las tortugas gigantes del oeste de Santa Cruz (Chelonoidis porteri), las cuales se encuentran clasificadas como “en peligro crítico” por La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Este trabajo _realizado por investigadores de la Fundación Charles Darwin (FCD), la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), el Zoológico de Saint Louis, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad James Cook en Australia_, forma parte de la tesis de licenciatura de Karina Ramón, joven galapagueña apasionada por las tortugas terrestres de Galápagos.

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Para la investigación se analizaron más de 5.500 muestras fecales en zonas donde los quelonios entran en contacto con actividades humanas, y más de 1.000 muestras en zonas protegidas del parque nacional.

Los resultados evidenciaron que las tortugas gigantes consumen con mayor frecuencia desechos producidos por la actividad humana en zonas intervenidas por el ser humano, como el oeste de Santa Cruz; mientras que, en las áreas protegidas, la exposición a estos desechos es casi nula.

Se indica que la población humana de Galápagos ha aumentado drásticamente en las últimas décadas, y es un patrón relacionado al incremento del turismo, acelerando las presiones antropogénicas sobre los sistemas naturales del archipiélago.

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Los plásticos perduran en el ambiente mucho más tiempo que la utilidad que se le brinda al producto y pensamos que las tortugas confunden estos desechos por comida”, indica Ramón, autora principal de este estudio.

La especialista agrega que las tortugas gigantes “pueden tomar hasta 28 días para digerir lo que comen por lo que nos preocupa el impacto que puede tener la ingestión de desechos no orgánicos, pues esto podría desencadenar numerosos efectos negativos sobre la salud de los animales, incluyendo lesiones, obstrucciones intestinales e incluso cambios hormonales debido a los componentes químicos que se encuentran en dichos materiales”.

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Este es el primer estudio en profundidad que registra y cuantifica la ingestión de plásticos en una especie terrestre tan icónica como la tortuga gigante.

La FCD detalla que la Autoridad Ambiental en el archipiélago, ha implementado acciones para reducir el impacto de las actividades humanas sobre las tortugas gigantes.

Desde el año 2017 se ejecuta la campaña “+ Vida, - Basura”, que fomenta el uso de “tomatodos” en las escuelas de la provincia. Asimismo, desde la Dirección del Parque Nacional Galápagos se impulsó el Acuerdo Ministerial 097, que prohíbe el uso de plásticos de un solo uso en todos los establecimientos educativos del país.

Además, desde el 2022 se adoptó el programa Jóvenes Protectores de las Tortugas Gigantes, que monitorea y moviliza a los reptiles que se encuentran en o cerca de las zonas urbanas, y recogen los desechos que se encuentren en las áreas consideradas de mayor tránsito de estas especies.

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Las islas Galápagos ofrecen una oportunidad única para que la humanidad demuestre su capacidad de vivir en armonía y respeto con la naturaleza. Muchos esfuerzos ya fueron implementados con el fin de sensibilizar a la población local acerca de la importancia de cuidar el medio ambiente”, indica Rakan Zahawi, Director Ejecutivo de la FCD. (I)