La frecuencia con la que una persona va al baño puede variar ampliamente. Se considera “normal” evacuar entre tres veces al día y tres veces a la semana.
En general, las personas mantienen un patrón regular en sus hábitos intestinales, tanto en la frecuencia como en el horario, según indica Healthline.
No obstante, un reciente estudio sugiere que alteraciones en esta frecuencia podrían tener implicaciones en la salud de órganos como los riñones, el hígado y el intestino.
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Problemas con la frecuencia de ir al baño
El estudio publicado en Cell Reports Medicine y reseñado por NBC, revela que la frecuencia de las deposiciones puede ser un indicador de la salud a largo plazo.
Los investigadores observaron que ni la baja ni la alta frecuencia de evacuación son beneficiosas. Asocian la primera con una reducción de la función renal y la segunda con un deterioro hepático.
Sean Gibbons, coautor del estudio, señala la conocida relación entre el estreñimiento y enfermedades crónicas.
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El análisis de las muestras de los participantes indica que lo ideal sería evacuar una o dos veces al día.
Además, se encontró que las personas jóvenes, las mujeres y aquellas con un índice de masa corporal más bajo tienden a tener una menor frecuencia para ir al baño.
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Problemas bacterianos
El estudio también demostró una relación correlación entre los hábitos intestinales y la composición bacteriana.
Por ejemplo, las personas que reportaron estreñimiento regular o diarrea tenían más bacterias intestinales “dañinas”.
Si las heces se retienen en el intestino por un periodo prolongado, los microbios, que normalmente alimentan de fibra, pueden agotar su fuente principal de comida y optar por descomponer las proteínas de la capa mucosa que protege al intestino.
“Si no alimentamos a nuestros microbios, ellos comienzan a comernos”, dijo Gibbons.
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Esto también representa un problema porque, según Phillipp Hartmann, profesor de gastroenterología pediátrica citado por NBC, este proceso puede dañar la membrana mucosa intestinal y aumentar la permeabilidad, permitiendo que sustancias tóxicas ingresen al torrente sanguíneo y potencialmente desencadenen enfermedades en otros órganos.
Por otro lado, las personas que defecaban una o dos veces al día tenían más bacterias fermentadoras de fibra y, por ende, una salud estable.
¿Por qué hay relación entre la frecuencia de ir al baño y enfermedades?
Gibbons señaló que las razones detrás de la asociación del estreñimiento con problemas renales y de la diarrea con trastornos hepáticos no son claras.
Sin embargo, sugirió que podría relacionarse con la incapacidad del intestino para absorber ácidos biliares durante episodios de diarrea, dejando un exceso de estos para que el hígado los procese.
Además, indicó que los riñones podrían verse afectados por metabolitos de los microbios intestinales que digieren proteínas.
Tener un estilo de vida saludable es clave para prevenir tanto el estreñimiento como la diarrea. Una dieta equilibrada, rica en alimentos que nutren y fomentan el desarrollo de bacterias beneficiosas, es fundamental. Como señaló el experto, hay que priorizar una alimentación que promueva la salud intestinal. (I)
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