En una sociedad donde el murmullo constante del progreso y la comunicación nunca cesa, la pérdida de audición en los adultos mayores emerge como un desafío crecientemente pertinente, pero frecuentemente subestimado. Esta condición, más que un mero inconveniente, representa una barrera multifacética que afecta la calidad de vida, la interacción social e incluso la salud mental y física de quienes la padecen.

Históricamente la pérdida auditiva ha sido vista como un compañero inevitable del envejecimiento, un estigma resignadamente aceptado más que una condición médica con serias implicaciones. Sin embargo, las investigaciones recientes demuestran que sus efectos van mucho más allá de la dificultad para escuchar.

Desde el aislamiento social hasta el aumento en el riesgo de demencias, las consecuencias de la pérdida auditiva en los adultos mayores son profundas y multifactoriales, convirtiéndola en una problemática de salud pública que merece atención y acción inmediata. Según el Dr. Aldo Guevara, especialista en Gerontología y Geriatría, la pérdida auditiva es casi fisiológica en la población anciana. Esta pérdida auditiva es de naturaleza neurosensorial y está relacionada con el tiempo de uso y el inicio de la madurez.

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Tradicionalmente, la audición de los bebés era preservada ya que no estaban expuestos a ruidos fuertes en su entorno. Sin embargo, en la generación actual, los niños se ven expuestos a estímulos auditivos desde una edad temprana, lo que puede acelerar la madurez de su sistema endocrino y, en consecuencia, la pérdida de audición en edades más tempranas. A menudo se pueden observar síntomas de falta de audición en personas a partir de los 50 años.

¿Por qué ocurre esta pérdida auditiva temprana?

El Dr. Guevara explica que los estímulos auditivos constantes, como la exposición a dispositivos electrónicos desde una edad temprana, pueden afectar el desarrollo de la audición y la maduración del sistema endocrino. Esta influencia externa hace que los niños maduren más rápidamente y, por lo tanto, sean más propensos a la pérdida de audición en edades más tempranas.

¿Cómo afecta la pérdida de audición la calidad de vida en adultos mayores?

La pérdida de audición en personas mayores puede ser extremadamente estresante. A menudo las personas con pérdida de audición tienen dificultades para comunicarse con los demás, suben el volumen de la televisión y pueden sentirse aisladas socialmente.

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Esto puede tener un impacto negativo en su autoestima y en su rutina diaria. Algunas personas pueden llegar a aislarse y evitar actividades que solían disfrutar.

Tipos de pérdida auditiva

Existen diferentes tipos de pérdida auditiva, y su naturaleza depende de factores como el tiempo de exposición y la presencia de patologías específicas. Dos de los tipos mencionados son la pérdida auditiva temprana y la pérdida auditiva neurosensorial, que está relacionada con problemas en el centro del cerebro encargado de procesar el sonido.

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Señales de pérdida

Según Jennifer Orellana, terapista de lenguaje de GAES, empresa innovadora en el sector de las soluciones auditivas, algunos indicadores clave incluyen la necesidad constante de que repitan palabras en medio de una conversación, la dificultad para seguir diálogos y el silencio en lugar de una participación natural.

Además, la incomodidad ante sonidos que antes pasaban desapercibidos, como ambientes ruidosos o conversaciones telefónicas poco claras, puede ser un signo revelador. A menudo las personas afectadas tienden a elevar la voz involuntariamente, lo que puede llevar a que los demás perciban que están gritando en lugar de hablar con normalidad.

Avances médicos y tecnológicos

En la actualidad existen audífonos que han avanzado significativamente en su tecnología y rendimiento. Sin embargo, el Dr. Guevara señala que, en su experiencia, los dispositivos más sofisticados a veces son menos efectivos, especialmente en personas mayores, ya que estos pacientes tienden a ser menos persistentes en su uso.

Es fundamental que las personas mayores se adapten a estos dispositivos para aprovechar al máximo sus beneficios. Orellana enfatiza que, una vez que la pérdida auditiva está presente, el uso de audífonos es esencial para mantener una calidad de vida óptima.

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A partir de una pérdida auditiva de 35 decibeles, las personas pueden experimentar dificultades en la comunicación y la comprensión del habla. Los audífonos bien calibrados permiten estimular el cerebro y el nervio auditivo, evitando que olviden los sonidos y manteniendo la percepción auditiva.

Prevención necesaria

Según Guevara, la prevención es clave en el cuidado de la audición a lo largo de la vida. Evitar la exposición excesiva al ruido y mantener un ambiente de paz en el hogar son medidas esenciales.

También se debe prestar atención a la vocalización y pronunciación adecuadas, ya que la comunicación clara es fundamental. La prevención debe comenzar desde edades tempranas y continuar a lo largo de toda la vida.

Orellana señala que las personas con antecedentes familiares de pérdida auditiva, trabajadores expuestos al ruido y aquellos que reciben tratamientos médicos que pueden afectar la audición también deben ser proactivos en su cuidado auditivo.

Apoyo

La familia desempeña un papel crucial en el apoyo a las personas mayores con pérdida auditiva. La comunicación clara y la creación de un ambiente que sea beneficioso para la audición son factores importantes. Los familiares deben fomentar una vocalización adecuada y un tono de voz que facilite la comprensión. “Es importante vocalizar y pronunciar bien alrededor de ellos”, manifiesta Guevara.

Importancia de los chequeos regulares

Guevara enfatiza la importancia de los chequeos auditivos regulares para las personas en la tercera edad. Estos controles permiten detectar problemas auditivos en etapas tempranas y tomar medidas para prevenir una mayor pérdida de audición. También son esenciales en casos en los que haya afecciones médicas o tratamientos que puedan afectar la audición.