Una investigación llevada a cabo recientemente halló que los niveles altos de grasa en el vientre y los brazos pueden incrementar la posibilidad de sufrir de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, en contraparte, tener mayor masa muscular puede reducir este riesgo.

Según La Opinión, este estudio exploró la relación entre la composición corporal y degeneración cerebral, dando un panorama más amplio acerca de cómo el manejo del peso y el desarrollo muscular influyen en la salud cerebral a largo plazo.

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Foto: Freepik.

Grasa abdominal y Parkinson

En la investigación se analizaron los datos de 412.691 personas durante 9 años, en este tiempo 8.224 personas desarrollaron enfermedades neurodegenerativas, siendo el Alzheimer el diagnóstico más común, seguido por otros tipos de demencia y la enfermedad del Parkinson.

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La edad media de los participantes era de 56 años, a ellos se les evaluó la composición corporal con respecto a las medidas de la cintura, las caderas, a fuerza de agarre, la densidad ósea así como la masa grasa y magra.

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Las personas con grasa localizada tiene mayor riesgo de padece Parkinson. Foto: Pixabay.

Las personas con más grasa abdominal o más grasa en la parte superior del brazo, tenían más riesgos de sufrir trastornos degenerativos, mientras que una mayor densidad ósea y una distribución de grasa predominante en las piernas redujeron el riesgo, mientras que tener buena fuerza muscular pareció proteger contra la neurodegeneración, pero, ¿Por qué?

Entrenador sénior de salud cerebral, Ryan Glatt explicó a Medical News Today que al tener exceso de grasa en esas partes del cuerpo, se produce inflamación, resistencia a la insulina y problemas en la salud cardiovascular; no obstante, aclaró que “estos hallazgos son asociativos y no se puede establecer una relación causal firme”, ya que “podría haber factores de confusión que no se tuvieron en cuenta por completo”.

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Por otra parte, Glatt señaló que las enfermedades cardiovasculares pueden mediar en el vínculo entre la composición corporal y las enfermedades neurodegenerativas; sin embargo, dicha relación es compleja, por lo que cree necesario seguir investigando al respecto.

(I)

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