La reciente aprobación del medicamento lenacapavir por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), el pasado 18 de junio, ha vuelto a encender la polémica en torno al acceso a tratamientos innovadores para el VIH en Perú.
Comercializado bajo el nombre Yeztugo, este fármaco desarrollado por la compañía Gilead Sciences marca un hito en la lucha contra el virus al convertirse en la primera opción inyectable de acción prolongada —semestral— dirigida a la prevención en adultos y adolescentes.
El tratamiento, que debe ser administrado por personal médico en establecimientos de salud dos veces al año, representa un cambio significativo frente a las tradicionales terapias orales diarias, cuyo cumplimiento suele ser limitado en poblaciones vulnerables.
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Su eficacia ha sido ampliamente demostrada: en uno de los ensayos realizados en África, se logró una protección del 100% en mujeres y adolescentes, mientras que otro estudio global —con presencia de países como Perú, Argentina, México y Sudáfrica— mostró una reducción del 96% en las infecciones entre quienes recibieron la inyección.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento de lenacapavir se basa en su capacidad para bloquear la cápside del virus, impidiendo así que el VIH infecte y replique su material genético en las células inmunitarias CD4.
Este mecanismo ha sido considerado por expertos como un paso revolucionario en materia de prevención.
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Sin embargo, a pesar del papel activo que tuvo Perú como sede de las pruebas clínicas, el país no ha sido incluido en la lista de 120 naciones con autorización para producir versiones genéricas del fármaco.
Actualmente, Gilead mantiene la patente de lenacapavir hasta el año 2037, lo que le otorga el control exclusivo de su comercialización en territorio peruano durante más de una década.
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El costo estimado del tratamiento sin acceso a genéricos asciende a 42.250 dólares anuales, una cifra inalcanzable para gran parte de la población.
No obstante, estudios recientes presentados en la Conferencia Internacional sobre el Sida señalan que su producción masiva en versión genérica podría reducir su valor inicial a 100 dólares por año, e incluso a 40 dólares a medida que aumente la demanda. (I)