“En martes 13 ni te cases ni te embarques”, de dónde surge la superstición por este día

Las supersticiones son creencias que se hacen las personas sobre determinados hechos u objetos a los cuales se les atribuye una capacidad de cambiar el destino dando buena o mala suerte.

Justamente existen fechas a las cuales también se les atribuye esta distinción y generalmente son dos: martes 13 o viernes 13.

Entre las supersticiones más conocidas están:

• No pasar por debajo de una escalera.
• Evitar que un gato negro se cruce por delante de izquierda a derecha.
• Jamás romper un espejo o mirarse en uno que esté roto.
• No derramar sal o el vino.
• Nunca abrir un paraguas bajo techo.
• No saludarse debajo del marco de una puerta.

“No te cases ni te embarques ni de tu casa te apartes” es una consigna súper conocida y que alude al hecho que los martes 13 no deberías hacer nada que implique un proyecto o movilización. ¿Por qué? El resultado podría ser catastrófico.

De acuerdo con National Geographic, la fecha se la atribuye a la antigüedad, religiones abrahámicas y coincidencias históricas. Se menciona que dentro de la cábala judía el número está asociada a los espíritus malignos, específicamente al carnero.

Dentro del cristianismo también se indica que en la Última Cena eran trece los invitados, así como que Jesús había sido crucificado un viernes 13, así como en el Apocalipsis, el anticristo aparece en el decimotercer capítulo.

La carta 13 en el Tarot es la muerte. No representa la muerte como desaparición física, sino como fin de un ciclo. Pero no deja de ser el número 13.

Este día de la semana alude al Dios Marte que, para los romanos, era el Dios de la guerra, sinónimo de muerte y destrucción, pero también símbolo de virilidad masculina, valentía y violencia.

• Además, un martes nació el Dios Tifón, un monstruo alado relacionado a los huracanes.
• Habría sido un martes cuando en 1453 los otomanos se apoderaron de Constantinopla y que significó la caída del imperio romano en oriente.
• Dicen que fue un martes 13 que Dios hizo confundir los idiomas para que los hombres no se pudiesen entenderse y desistieran de construir la torre de Babel.