Por generaciones, los jeans han sido una pieza infaltable en el guardarropa de millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, hay detalles en su diseño que pasan desapercibidos para la mayoría.

Tal es el caso de los pequeños botones metálicos —conocidos como remaches— que suelen estar ubicados en los bordes de los bolsillos. A pesar de que muchos los consideran meramente decorativos, estos diminutos refuerzos cumplen una función esencial que pocos conocen.

Publicidad

Su origen se remonta a 1873, cuando un sastre, al observar cómo los pantalones de los trabajadores se rompían con facilidad en las costuras sometidas a mayor esfuerzo, ideó una solución práctica y duradera: colocar pequeños remaches de cobre en los puntos más propensos al desgaste.

Publicidad

Este ingenioso añadido prolongó la vida útil de los jeans, evitando que su costura se desgarrara con facilidad. Pero, lo que comenzó como una solución a una prenda destinada para mineros, campesinos y obreros se convirtió en un sello distintivo del jean.

Aunque hoy en día las tecnologías de confección han evolucionado y ya no se depende exclusivamente de estos refuerzos, los remaches permanecen como una huella del pasado, un homenaje al diseño original y una señal de autenticidad que las marcas continúan incorporando.

Otro detalle que suele llamar la atención es el pequeño bolsillo dentro del bolsillo delantero derecho. Este compartimento, que muchos consideran inútil, fue en realidad diseñado para resguardar relojes de bolsillo, comunes en el siglo XIX. Aunque su utilidad práctica ha quedado en desuso, el bolsillo se conserva como parte del legado de esta emblemática prenda. (I)

Publicidad