Esperanza, amor, fe y unión son parte de los valores que marcan a la Navidad, una festividad religiosa del mundo católico que recuerda el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios hecho hombre.
“La Iglesia (católica) en su misión de ir por el mundo llevando la buena nueva ha querido dedicar un tiempo a profundizar, contemplar y asimilar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios; a este tiempo lo conocemos como Navidad”, se expone en la web de Aciprensa, el portal de la agencia de noticias católica.
¿Cómo nació la Navidad?
Cerca de la antigua fiesta judía de las luces y buscando dar un sentido religioso a las celebraciones consideradas del solsticio de invierno, la Iglesia católica aprovechó el momento para celebrar la Navidad, se recoge en Aciprensa.
“En este tiempo los cristianos por medio del Adviento se preparan para recibir a Cristo, “luz del mundo” (Juan. 8, 12) en sus almas, rectificando sus vidas y renovando el compromiso de seguirlo. Durante el tiempo de Navidad, al igual que en el triduo pascual de la Semana Santa celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios; pero a diferencia del triduo pascual en el que recordamos la pasión y muerte del Salvador, en la Navidad recordamos que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros”, se explica en Aciprensa.
Tiempo de amor
Con el pasar del tiempo, la fecha fue vista también como una oportunidad para obsequiar un detalle, regalos, compartir cenas en familia, entre otros. La aparición de tarjetas de felicitaciones navideñas y de personajes relacionados con estas fechas aumentaron el boom festivo y el tono comercial de esta época del año.
Pero más allá de las luces, las cenas y los regalos, cada año la Navidad nos invita a reflexionar sobre los valores como la esperanza, el amor y la redención que Jesús trajo al mundo.
Para los católicos, la Navidad es tiempo para recordar y agradecer a Dios por enviar a su único hijo a salvarnos del pecado original, una muestra suprema de amor.