En la actualidad, es cada vez más común que los jóvenes admitan no querer ser padres o postergar la decisión de tener hijos. Detrás de esta tendencia hay diversos factores que incluyen aspiraciones personales, estabilidad económica e influencias sociales.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en Ecuador la tasa de fecundidad en 2024 fue de 1,79 hijos por mujer, una cifra que se encuentra por debajo del umbral de reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer).
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Mientras que en 1950 el promedio de hijos por mujer en Ecuador era de 6,8, la disminución de la natalidad podría llevar al país a enfrentar un envejecimiento progresivo en las próximas décadas.
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Factores que influyen en esta tendencia
Alejandra Delgado Chávez, socióloga y docente de la Facultad de Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), explica que esta tendencia no es homogénea y está influenciada por diversos factores.
Según la experta, “las generaciones jóvenes, sobre todo en entornos urbanos, priorizan proyectos personales que consideran incompatibles con la crianza”.
Esta opinión se alinea con el deseo de muchos jóvenes, quienes resaltan la importancia de su estabilidad profesional antes de pensar en la paternidad.
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Daniela Cañizares (23 años) menciona que prefiere enfocarse en sus metas personales y profesionales antes de considerar la maternidad. “Me encantan los niños, pero no quiero dedicar todo mi tiempo a su crianza si eso significa sacrificar mis metas”, afirma.
En la misma línea, Maura López (23 años) sostiene que “hoy en día la situación económica hace que sea muy difícil pensar en tener hijos”. Marcelo Martínez (21 años) coincide: “No quisiera traer una vida si no tengo cómo mantenerla y darle una vida estable”.
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Además, la experta enfatiza que las responsabilidades emocionales también juegan un papel importante, ya que muchos jóvenes perciben que tener hijos implica un esfuerzo emocional que podría interferir en su bienestar y en sus proyectos personales.
El miedo al desgaste emocional que conlleva la crianza y la preocupación por ofrecer un entorno seguro y estable son razones de peso en esta decisión.
Otro aspecto clave es el impacto de los medios de comunicación y redes sociales en la percepción de la crianza.
La socióloga señala que “los medios visibilizan estilos de vida que priorizan la autonomía y el éxito profesional, lo que puede llevar a los jóvenes a postergar o rechazar la maternidad y la paternidad”.
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Asimismo, la experta destaca que en Ecuador “todavía existen contextos de desigualdad donde la decisión de tener hijos no es plenamente voluntaria, especialmente en sectores vulnerables donde persiste el embarazo adolescente no planificado”.
Una decisión cada vez más reflexionada
El pensar de muchos jóvenes muestra que la decisión de ser padres es cada vez más consciente y planificada. La maternidad y paternidad ya no son una obligación social impuesta, sino una elección que depende de múltiples factores personales y estructurales.
Daniela destacaba que, aunque algunos siguen considerando que tener hijos es imprescindible, muchos jóvenes hoy priorizan su carrera, los viajes y el bienestar personal.
La incertidumbre económica, la inestabilidad social y el cambio en las expectativas de vida han llevado a que muchos jóvenes reconsideren si realmente desean formar una familia en el contexto actual.
(I)