Durante esta última semana se ha vuelto común ver imágenes con rasgos de la firma japonesa de animación Studio Ghibli inundando las redes sociales. Esto, hasta el punto de que las fotos con cálida estética de anime llegaron a colapsar los servidores de la inteligencia artificial (IA) de Chat GPT, debido a la masiva demanda de los usuarios.
A pesar de que el trend ha logrado sacar más de una sonrisa, también ha causado el disgusto y reprobación de varios colectivos, llevando al debate cuestionamientos éticos, que van desde la autenticidad del arte y derechos de autor, hasta preocupaciones medioambientales.
Estefanía Antúnez, tatuadora y artista guayaquileña, está en contra del uso de la IA para la elaboración de arte, pues siente un gran respeto y admiración por Hayao Miyazaki, cocreador de Studio Ghibli, quien claramente ha expuesto su desagrado hacia lo sucedido. Por ello, decidió hacer su propia versión del trend pero con una ilustración propia iniciada desde cero.
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Sin embargo, recalca que no juzga a quienes se unieron a esta ola. “Es difícil no caer en la tentación de verte dibujado como un personaje Ghibli, seguro las personas desconocen lo que significa para su creador”, comenta, “técnicamente no se trata de un plagio porque Chat GPT no se atribuye personajes o historias de Ghibli, pero sí creo que existe una línea muy delgada”.
Por su parte, Marcelo Naht Buljubasich, director creativo de Cuarentena y profesor de ECOTEC, asegura que la idea le pareció positiva. “Las marcas siempre deben subirse a la tendencia enfocándose en sus necesidades. La idea es que la gente desarrolle su propia creatividad, volviéndose un prosumidor más de la herramienta”, indica.
Naht reconoce que es válido que el colectivo artístico pueda sentirse amenazado por la IA, pero que esta no podría igualar su talento artístico. ‘Hay que recordar que la IA no crea nada, lo que hace es replicar. Puede emular un estilo pero no tiene la misma motivación que un humano’, asegura.
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Así mismo, Gabriel Peña, muralista guayaquileño, cree que los artistas podrían beneficiarse de las herramientas de IA. “Es parte de una evolución. Es algo de temer para el trabajo de autoría pero quizás los artistas podrían poner cláusulas y obtener regalías. Esto va a suceder sí o sí, y hay que buscar formas de adaptarnos.”
No obstante, Antúnez no está muy abierta a este cambio. “Para mí es difícil creer que pueda convivir con algo que toma tu creación, esfuerzo, sacrificio sin tu consentimiento y lo utiliza como le plazca. La IA es una herramienta fantástica, el problema es el uso banal y desmedido que se le está dando’, dice.
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¿Cómo logra Chat GPT crear una imagen con estilo Ghibli?
Para crear una imagen con cierto estilo, tanto Chat GPT como cualquier otra IA, deben entrenarse con material estético.
Alejandro Varas, máster en Inteligencia Artificial y Big Data, asegura que este proceso no es fácil.
“Los procesadores que usan los servidores de IA son GPUs (unidades de procesamiento gráfico), y lo impresionante es ver cómo esta moda logró comprometer el rendimiento de esos servidores que se supone que son la mejor opción en análisis y procesamiento de datos”, explica.
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Luego del ‘boom’ del trend de Ghibli, varios usuarios han expresado su preocupación en cuanto al uso de sus datos biométricos. Ante esto, Varas sostiene que hay que tratar el tema con más responsabilidad.
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“Estos permisos se entregan cuando uno acepta los términos y condiciones de los programas. El primer uso de esta información es el entrenamiento de plataformas de IA en el cual estudian nuestros rasgos faciales para entender mejor cómo es la cara de un humano normal”, advierte.
Otra inquietud que ha surgido de este debate es la cantidad de recursos medioambientales que requieren los servidores de IA. Según un estudio de la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas Arlington se requieren hasta cinco litros de agua para crear una imagen usando esta tecnología.
Sobre esto, Varas cree que se deben profundizar los estudios. “No solo deberíamos preocuparnos por el agua sino por el resto de recursos como electricidad. El problema de usar tecnología así de avanzada es que siempre va a requerir más recursos, lo que significa que debemos producir más o que alguien va a tener que pagar por ello”, concluye. (I)