Recibir una llamada o un mensaje de un número desconocido se ha vuelto cada vez más constante y repetitivo, incluso provocando una sensación de temor pues los ciberdelincuentes utilizan esta estrategia para engañar a las personas y robar sus datos personales sin que se den cuenta.

Uno de los tipos de ataque que utilizan es conocido como “ingeniería social”, una técnica de manipulación que busca aprovechar los errores humanos para obtener información privada, acceso a sistemas o bienes valiosos.

Lo primero que buscan lograr los ciberdelincuentes es el sabotaje, es decir, corromper datos personales para causar algún tipo de daño, o el robo, accediendo a cuentas bancarias para cometer delitos informáticos o vender la información en la dark web.

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Las llamadas telefónicas resultan un método sencillo para que los delincuentes persuadan a sus víctimas, ejerzan presión y logren su objetivo sin mayor esfuerzo.

Por ese motivo, expertos en diferentes países han advertido sobre la “llamada perdida”: los delincuentes realizan una llamada, cuelgan y esperan a que la persona la devuelva.

Para llevar a cabo este tipo de fraude, los ciberdelincuentes utilizan tácticas sofisticadas apoyadas en programas informáticos que les permiten hacer llamadas masivas a números aleatorios. Aquellas llamadas solo duran segundos, incluso el usuario no alcanza a aceptarla, por ese motivo se ve intrigado y motivado a devolver la llamada.

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Se recomienda verificar los prefijos de los números que realizan estas llamdas. Muchos provienen de otros países con prefijos internacionales, como el 355 de Albania, el 255 de Costa de Marfil, entre otros.

¿Qué pasa si se devuelve la llamada?

El truco está en que, al devolver la llamada, la víctima se conecta con una línea de pago que incrementa significativamente su factura telefónica, obligándola a pagar altas sumas de dinero por un servicio que no ha consumido. Entre muchas otras formas de robo de dinero.

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Por esta razón, si recibe una llamada de un número extranjero o que no tiene registrado en su agenda, lo mejor es ignorarla. (I)