La mente de Josué Sánchez Camposano no para de trabajar. Tiene 27 años, es el dueño del restaurante La Pata Gorda y concejal de Guayaquil.

En la gastronomía incursionó hace cuatro años.

La idea de abrir un local de venta de cangrejos vino de su gusto por este marisco. “Yo soy aficionado a los cangrejos”, dice.

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La idea de montar un negocio, salió un día cuando pasaba por la ciudadela Miraflores y vio un local vacío y en alquiler junto a otros comercios, todos cangrejales.

“Pase por ahí y esos locales estaban repletos, y vi ese local vacío. Fui a la casa y le dije a mi mamá que teníamos que hacerlo ya. Yo me gradué de la universidad (Ingeniero en Administración, en la Casa Grande) el 27 de noviembre del 2010 y abrimos La Pata Gorda el 1 de diciembre”, recuerda.

Con el tiempo el menú fue creciendo, de ofrecer solo cangrejos pasó a una carta con platos con otros mariscos, incluso uno que él creó y que llevan su nombre, conocido como chopsue. “Es mi favorito. Lleva cocolón, salsa de la casa, cangrejo o cualquier marisco. Y hace dos semanas también saqué otro, El Empachadito, el que hay que tener bastante hambre para terminarlo de comer todo”, cuenta riendo Josué .

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Dos años después, en el 2012, abrió el primer local en La Puntilla, en La Piazza Samborondón. Al igual que el otro, la oportunidad se presentó. “Había mucha gente de Samborondón que iba a comer a Miraflores y pedían La Pata Gorda. Viendo los clasificados decía que se vendía un restaurante acá, llamé y abrimos”.

Josué afirma que la sazón de sus cangrejos es un secreto de familia, la misma que conoce desde que era un niño. Por tema de espacio, pues el local de La Piazza le quedó pequeño, se cambió a Las Terrazas, donde continúa funcionando. “Las oportunidades siempre hay que saberlas identificar. Hay que tener olfato”, opina.

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Comenta que tienen planes de abrir más locales en Quito y Cuenca, el próximo año.

En la política
Es una persona visionaria, siempre en busca de proyectos, cualidad que aplica también en su cargo como concejal de Guayaquil, según asegura.

Al Municipio de esa ciudad llegó a los 20 años, al departamento de Justicia y Vigilancia. “Siempre llegaba gente con problemas y el tratar de ayudarlas a solucionarlos me metió más en la política”, según comenta.

Con el tiempo fue asumiendo otros cargos, como jefe de Delegados, y en noviembre del 2013 renunció a su cargo para lanzarse como concejal. También está a cargo de la coordinación política de la zona de Tarqui.

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Asegura que su relación con el alcalde es muy buena y lo describe como un líder.

Agosto es el mes de la Juventud y Josué emprendió un proyecto dentro del Municipio, llamado ‘Oye Guayaquil’. Se trata de un programa de emprendimiento para los jóvenes, de 18 a 24 años, de Guayaquil y sus sectores aledaños, como Samborondón.

Otra de sus propuestas fue cambiar el nombre al puente en zigzag por Paseo de la Juventud. “Se lo planteó al alcalde y lo aprobó. Siempre tengo muchas ideas por hacer”.

Sus días son movidos, entre sus responsabilidades como concejal y dueño de un restaurante. Por las mañanas desempeña su papel en la política, mientras que en la tarde atiende en La Pata Gorda.

En sus actividades lo acompaña y lo apoya su esposa, Denise Aguilar Game, con quien lleva un año de matrimonio. “Es fundamental su apoyo para poder seguir”, expresa.