El desplome del precio del petróleo que el viernes pasado cerró por debajo de la barrera de los $ 60 en $ 57,8 el barril (alrededor de $ 50 para el crudo ecuatoriano por el castigo que recibe por su calidad), generaría acumulación de deudas para el Gobierno con las empresas privadas a las cuales les paga tarifas fijas por sus servicios.