Ella decía: “Nuestra vida es decirle sí a Jesús y correr a toda prisa para servirle a él en los más pobres de entre los pobres”. En ese credo recayó la motivación de quien durante la segunda mitad del siglo XX fue considerada el símbolo mundial de la defensa de los más desprotegidos y de quien hoy se convertirá en santa de la Iglesia católica tras un proceso de canonización que se constituye como el más corto de la historia.