La detención de Luiz Inácio Lula da Silva hace de las elecciones presidenciales del próximo octubre en Brasil muy imprevisibles.

El Partido de la Social Democracia Brasileña venció en 1994 y 1998 con Fernando Henrique Cardoso y el Partido de los Trabajadores en 2002, 2006, 2010 y 2014, las dos primeras con Lula y las dos siguientes con Dilma Rousseff.

Las elecciones de 2018 se aproximan por su grado de imprevisibilidad a las de 1989, las primeras tras la dictadura militar (1964-1985) y en las que Fernando Collor venció a Lula.

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Además de los 16 aspirantes que ya fueron oficialmente presentados como precandidatos, aún hay formaciones que no han definido sus aspirantes, incluso el propio partido en el Gobierno, el Movimiento Democrático Brasileño del presidente Michel Temer (asumió en 2016 tras destitución de Rousseff).

Pese a que el PT ha dicho que mantendrá la candidatura de Lula, legalmente ya está inhabilitado por estar condenado en segunda instancia y esa dificultad hizo que varios partidos que han sido aliados del PT anunciaran candidatos propios.

En el lado opuesto, quien lidera en la intención de voto es el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, pero tiene, así como Lula, un alto índice de rechazo, de más del 50%.

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El expresidente Collor buscará la banda otra vez. (I)