La Policía de Washington estableció ayer un perímetro de seguridad alrededor de la Casa Blanca, ante la marcha de centenares de neonazis y supremacistas blancos, un año después de los disturbios en Charlottesville, Virginia, que dejaron una mujer muerta y 19 heridos.

Al cumplirse el primer aniversario de aquellos incidentes, la red de extrema derecha Unite the Right protagonizó ayer una nueva concentración en Washington. Esta organización que estuvo detrás de la manifestación de Charlottesville obtuvo permiso para reunir a 400 personas en la plaza Lafayette, ubicada frente a la residencia presidencial.

Un importante dispositivo policiaco se desplegó, especialmente para impedir todo contacto entre manifestantes y contrarios, que también salieron a las plazas y calles.

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Grupos antirracistas se reunieron de manera pacífica a partir del mediodía frente a la Casa Blanca, blandiendo pancartas que decían “No a los nazis, no al KuKlux Klan y no a un Estados Unidos fascista”.

Algunos “dicen que la mejor estrategia es ignorar a los supremacistas blancos, que no les damos demasiada atención. Pero nosotros realmente creemos que sería un enorme error dejar que los fascistas pisen fuerte el suelo de la capital del país, sin oposición”, dijo Kei Pritsker, de 22 años. (I)