Tejedoras de paja toquilla exponen sus productos y creaciones en la Galería de Oficios de la Casa de la Cultura de Cuenca con el objetivo de dar a conocer su trabajo.

Julia Peláez, de la Asociación de Artesanas Tesoro del Inca, de Chordeleg, contó al portal eltiempo.com.ec que desde los seis años aprendió a tejer con toquilla y ya lleva 34 años en este oficio.

Ella comenta que lo heredó de su madre y ahora le enseña a su hijo porque quiere “mantener viva esta tradición”.

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“Tengo un hijo a quien le estoy enseñando; no le gusta mucho, pero estoy dando la lucha para que no se pierda esta tradición que ha venido de generación en generación”, dijo.

“Lo que pasa es que los precios que nos pagan son bajos, entonces los jóvenes buscan otras fuentes de trabajo”, manifestó Peláez.

Patricio Zamora, director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), sostuvo que el trabajo de las tejedoras no es valorado.

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“Actualmente, la mayoría de las toquilleras son mujeres de edad avanzada y no se está dando una transferencia de conocimientos adecuada; uno de los problemas es que los comerciantes mayoristas les pagan poco por su trabajo”, explicó.

En este contexto, Zamora señaló que el INPC coordina varias actividades y capacitaciones para proteger esta manifestación ancestral.

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La elaboración del sombrero de paja toquilla, según datos históricos del Ecuador, se remonta al Periodo Formativo (3.500 a. C.-500 a. C.), representado principalmente por las culturas Valdivia y Chorrera, agrega eltiempo.com.ec.

Actualmente, mujeres y hombres de los cantones de las provincias del Azuay, Cañar y Manabí mantienen viva esta técnica ancestral, que fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2012.

La muestra ‘Toquilla: Hebras que dan vida’ se instaló el jueves en la Galería de Oficios de la Casa de la Cultura y concluirá el 30 de septiembre. (I)