Solo ocho meses pasaron desde que el conservador Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP, derecha), fue tumbado como presidente por una moción de censura de Pedro Sánchez, del PSOE (centro izquierda).

Sin embargo, tras no lograr que se aprobaran sus presupuestos –y pese a que podía seguir gobernando con los fijados en el periodo de Rajoy– Sánchez llamó a elecciones en uno de los momentos políticos más complicados del país, cercado por la derecha y los partidos independentistas catalanes.

Mientras el máximo tribunal español juzga a los 12 líderes del intento de secesión de la rica región de Cataluña, ahora todos los españoles tendrán que volver a las urnas el 28 de abril.

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Sondeos advierten un aumento del apoyo a Sánchez (pasará de 84 a alrededor de 120 diputados), pero le sería insuficiente para gobernar, además de que el partido Vox –marcado de extrema derecha o derecha clásica o dura– ingresaría al Parlamento con entre 16 y 46, según diferentes sondeos.

En tanto, los partidos que rompieron el bipartidismo en 2015 tendrían diferente suerte. Unidos Podemos (izquierda), liderado por Pablo Iglesias –actual aliado de Sánchez–, caería a la mitad de los 71 diputados que posee. Mientras Ciudadanos (centro derecha) podría duplicar sus 32 congresistas aupado por su lucha contra los independentistas catalanes y la decepción con el tradicional PP, que también perderá los votos desde la derecha por culpa del auge de Vox.

Pese a las previsiones no hay ningún tipo de certeza de qué tendencia podrá alcanzar la mayoría del escaños (176), aunque los líderes Ciudadanos, PP y Vox quieran mandar a Sánchez y al PSOE a la oposición, como en el Parlamento regional de Andalucía, donde los dos primeros formaron gobierno con los votos del último.

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Los sondeos tienen resultados muy diferentes que reflejan las dificultades de las encuestadoras para medir el alcance de los partidos, indicó Reuters.

De acuerdo con el español Luis Espinosa Godad, analista y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, el tema principal en el que girarán las elecciones es la cuestión catalana, que ha causado tensión los dos últimos años.

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Tras llegar a la presidencia Sánchez quiso ayudar a apaciguar el conflicto político entre el Estado y el gobierno regional, razón por la que los partidos de derecha e incluso parte del PSOE lo han criticado, en especial por aceptar la idea de un mediador en la disputa.

“Las izquierdas quieren trasladar (el tema) al eje tradicional izquierda-derecha o el compromiso social. Será bastante interesante ver exactamente dónde se queda el eje”, dice Espinosa, quien agrega que tras los comicios habrá seis partidos grandes: PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos, Vox y los independentistas catalanes, que jugará un rol importante.

Un sondeo publicado por El Periódico, muestra que el 29,3% de los españoles prefiere que Sánchez sea el presidente, seguido por el líder de Ciudadanos, el catalán Albert Rivera, con el 18%; y Pablo Casado, del PP, con el 14,3%.

En tanto, según 20 minutos, sí se tendrían que hacer alianzas para formar Gobierno –España tiene un sistema parlamentario con el rey Felipe VI como jefe de Estado– es mejor visto un pacto de centro entre el PSOE y Ciudadanos (46%). Mientras que el partido que causa más rechazo es Vox (48%).

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Solo el tiempo resolverá esta incertidumbre en España. (I)