Nicaragua anunció este martes que concedió la nacionalidad nicaragüense al expresidente salvadoreño Mauricio Funes, quien se refugia en la nación centroamericana desde hace casi tres años evitando a la justicia de su país, que lo requiere por delitos de peculado y lavado de dinero. 

La Corte Suprema de El Salvador avaló en marzo la petición de extradición de Funes, pero a la fecha no ha sido solicitada. Al asumir la presidencia en junio, el nuevo presidente salvadoreño, Nayib Bukele, prometió que en 90 días pondría ante la justicia salvadoreña al exmandatario.

"Ni hoy, ni en los primeros 100 días de su gobierno, ni en años la extradición será posible. La extradición está prohibida por la Constitución", dijo Funes en su cuenta de Twitter tras conocerse la decisión del gobierno de Nicaragua.

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No fue posible obtener de inmediato una postura del gobierno de Bukele.

De acuerdo con la Constitución de Nicaragua, sus ciudadanos no pueden ser extraditados desde su país a otra que los reclame, pero sí pueden ser juzgados en su territorio por delitos realizados en otra nación.

Funes acumula cuatro órdenes de captura por casos ligados a corrupción y el supuesto desvío de al menos 351 millones de dólares.

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Además de Funes, quien asegura que las pruebas en su contra fueron fabricadas por la fiscalía salvadoreña, su esposa y dos de sus hijos también recibieron la nacionalidad nicaragüense.

Esos familiares de Funes, quien gobernó el país entre 2009 y 2014, también son requeridos por la justicia salvadoreña por los mismos delitos que el expresidente.

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Bukele ha denunciado que Funes y su hijo Diego Roberto Funes Cañas fueron contratados como asesores del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua. El gobierno de Managua no ha confirmado esa información. (I)