Alberto Fernández, protagonista del revés electoral que sufrió el presidente argentino Mauricio Macri, hasta inicios de este año permanecía alejado de la política.

El abogado y profesor de Derecho Penal y Procesal de la Universidad de Buenos Aires (UBA) formó parte de los gobiernos de los Kirchner como jefe de ministros, del 2003 al 2008, y hasta la fecha es quien más tiempo ha ocupado ese cargo desde su creación.

Hace aproximadamente tres meses, Cristina Fernández tocó su puerta y luego de una década de alejamiento marcada por las críticas a la exmandataria, el binomio se formó. Actualmente es el favorito para suceder a Macri en el nuevo gobierno que empieza el 10 de diciembre.

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Cuando se oficializó la candidatura del binomio, el gobierno de Macri no le dio esperanzas y consideró que tenía la reelección asegurada. El opositor fue calificado como un “pelele del kirchnerismo”, según publicó diario El País.

El hombre de traje y bigote tiene 60 años y vive en un lujoso departamento de Puerto Madero, en Buenos Aires. Su carrera política la comenzó a principios de los años 80.

Pero su única participación electoral, antes de las primarias, fue en el 2000, cuando logró una curul en la Legislatura de Buenos Aires por el partido Encuentro por la Ciudad.

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Poco después dejó el cargo cuando Néstor Kirchner lo designó en el 2003 jefe de Gabinete. Por años fue el principal interlocutor del Gobierno con empresarios y la oposición. El cargo lo mantuvo en la primera presidencia de Cristina, pero dimitió en el 2008 alegando que tenían puntos diferentes.

Tras su salida, las críticas a la exmandataria no se hicieron esperar. “Toda su acción institucional es deplorable (...), en el segundo mandato de Cristina a mí me cuesta muchísimo encontrar un elemento valioso”, dijo en el 2015 a la agencia DyN, frase que se viralizó luego de confirmarse el binomio y de que Fernández dijera que era “un gran honor” ser parte de la fórmula.

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En una entrevista a El Clarín, Fernández fue interrogado sobre la corrupción que envuelve al kirchnerismo. La exmandataria acumula trece procesamientos legales por corrupción, entre los que perfila la investigación de los “cuadernos de la corrupción”, en la que se la acusa de ser jefa de una asociación ilícita entre 2003 y 2015.

No estoy dispuesto a tolerar a ningún corrupto en mi gobierno, ni nombraré a un corrupto en mi gobierno (...); si alguien se corrompe, garantizo que será castigado” Alberto Fernández, candidato a la Presidencia de Argentina.

Fernández respondió que “no se debe decir que el kirchnerismo tuvo grandes problemas” y que no está dispuesto a “defender a ningún corrupto”, que buscará “que se haga justicia al respecto de Cristina y sus hijos”.

Comentó también que considera que en el actual Gobierno existe corrupción y es llamada “conflicto de intereses”, vinculados a la polémica “política de subsidios” a los servicios básicos implementada por Cristina y retirada por Macri, causa de descontento en los argentinos.

El dominio del peronismo en las primarias no fue positivo para la economía. Los mercados se inquietaron por temor al regreso del populismo. El peso se devaluó a 60 por dólar y los activos se desplomaron.

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El país, en recesión desde el 2018, mantiene una deuda de $ 57.000 millones con el Fondo Monetario Internacional que debe empezar a pagar en el 2021. Los argentinos se rehúsan a pagarla y han exigido a Fernández, en manifestaciones, que “primero considere al pueblo” y que “si hay tiempo, vea qué hacer con la deuda”.

Fernández ha confirmado que en caso de convertirse en presidente cumplirá con los compromisos asumidos con el organismo realizando renegociaciones.

El candidato obtuvo el 47% en las primarias, frente al 32% logrado por Macri. Para ganar sin una segunda vuelta debe obtener mínimo el 45% de los votos en las elecciones del próximo 27 de octubre.(I)