El cambio climático representa una amenaza para las especies pesqueras de importancia comercial y sus ecosistemas, así como para las personas que dependen de esta actividad en Galápagos, según la Fundación Charles Darwin (FCD).

Señala que se podría producir un incremento del nivel del mar, cambio en la temperatura de los océanos y alterar las corrientes oceánicas que llegan a las islas. Además de un mayor número de eventos de El Niño o La Niña, los cuales podrían ser más intensos, indica la organización.

La pesca es una de las actividades más importantes en las islas. Genera más de 2 millones de dólares al año. Además, es fuente de empleo para más de 500 hombres y mujeres y sus familias.

Publicidad

También la pesca es fundamental para la seguridad alimentaria de los habitantes del archipiélago. Son más de 50 especies que se pueden pescar en Galápagos, entre las más importantes están las langostas, el langostino o langosta china y los peces.

Las pesquerías dependen directamente de las condiciones y salud del ecosistema marino, por lo que cualquier efecto del cambio climático podría afectar este sector.

Creemos que habrá especies importantes, como la langosta, que se van a mover a aguas más profundas y frías para evitar el calentamiento del mar, por lo que estarán menos disponibles para los pescadores”, menciona Jorge Ramírez, científico de la FCD.

Publicidad

La langosta, una de las especies más comercializadas en Galápagos, se movería a aguas más profundas y frías para evitar el calentamiento del mar. Foto: Cortesía

Por este motivo se realizó el taller sobre Impactos del Cambio Climático en la Pesquería Artesanal de Galápagos, con especial enfoque en el conocimiento de los pescadores. El taller se llevó a cabo por un equipo de la FCD el pasado mes de abril.

Publicidad

Participaron 12 pescadores de las Islas Santa Cruz, San Cristóbal e Isabela. Se analizaron los cambios en el clima, en las zonas de pesca y cantidades de peces, cambios en la comercialización, es decir variaciones en los precios de venta; y cambios en la calidad de vida de los pescadores, que incluye su educación y salud.

Además, otro de los factores que preocupan, según Ramírez,  es que  la pesquería de Galápagos es un sector que está envejeciendo ya que existen pocos jóvenes que quieran dedicarse a esta actividad.

"Como Fundación Charles Darwin vemos retos y oportunidades en el trabajo con los pescadores y hemos creado este primer taller que involucra activamente a pescadores artesanales de Galápagos, para rescatar su conocimiento, sus mecanismos de adaptación al cambio climático, mientras que, al mismo tiempo, dignificamos su trabajo e incorporamos conocimiento nunca antes visibilizado”, señala.

A finales de octubre se espera tener los resultados de este taller que se realizó en el marco del proyecto Fish Foward 2 (FF2) financiado por WWF Alemania y ejecutado por Agro Campus Ouest (Francia) y la Universidad de British Columbia (Canadá) con la colaboración del INP y la FCD y bajo el permiso de investigación de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG). 

Publicidad

Más de 20 años de investigación 

Varias investigaciones interdisciplinarias para lograr pesquerías sostenibles en Galápagos ha desarrollado la FCD junto con la DPNG y otros socios.

Los estudios abarcan temas como biología y ecología de las especies, línea base de ecosistemas, tecnologías de captura, hasta la gobernanza, la sociología de los pescadores y la economía de la actividad pesquera.

Dentro del componente biológico y ecológico, los científicos estudian las historias de vida de las principales especies de peces de las pesquerías en Galápagos. “Queremos saber cuántos años viven, a qué edad se reproducen, de qué se alimentan y dónde viven cuando son pequeños, jóvenes y adultos” comenta Ramírez.

Entre las principales especies se estudia el bacalao de Galápagos, camotillo y brujo, especies nativas de las islas.

Por ejemplo, se ha podido determinar que el bacalao puede vivir al menos 21 años, el camotillo 15 años y el brujo 17 años. (I)