El presidente de España, Pedro Sánchez, logró llegar a un acuerdo con el jefe de la izquierda radical de Podemos, Pablo Iglesias, para formar un gobierno de coalición en España, que tiene un sistema parlamentario, razón por la que el jefe del gobierno se escoge en el Congreso.

Este martes ambos líderes dijeron que buscarán un gobierno de coalición -algo que no habían logrado acordar hace unos meses-, pero aún necesitan de otras partidos para lograr la aprobación de la cámara baja, renovada en las legislativas del domingo pasado. 

Los socialistas y Podemos reúnen juntos 155 diputados. Para poder gobernar debe alcanzar 176 votos en la primera votación o simplemente tener más votos a favor que en contra en las votaciones posteriores.

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La preferencia de los socialistas es un apoyo de los liberales de Ciudadanos, que fueron barridos el domingo cayendo a 10 diputados de los 57 alcanzados en abril, y de otros pequeños partidos, para no depender de los independentistas catalanes, que cuentan con 23 sillas.

Si Sánchez logra ser investido, pondrá fin a meses de bloqueo político en la cuarta economía de la zona euro.

"Hemos alcanzado un preacuerdo para conformar un gobierno de coalición progresista en España, (...) que combine la experiencia del Partido Socialista con la valentía de Podemos", dijo Iglesias, tras la sorpresiva rapidez de la firma del documento en el Parlamento español solo dos días después de las elecciones.

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"Este nuevo gobierno va a ser un gobierno rotundamente progresista", pensado para durar los cuatro años de la legislatura, porque "España necesita un gobierno estable, no en funciones, un gobierno sólido, y lo necesita ya", dijo de su lado Pedro Sánchez.

Ambos líderes dijeron que será en las próximas semanas cuando detallen el programa y la estructura del gobierno.

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Sánchez, cuyo partido socialista ganó pero perdiendo fuerza en las legislativas del domingo, ya intentó negociar la formación de un gobierno de coalición con Unidas Podemos tras las precedentes legislativas de abril. Pero las tratativas fracasaron por los desacuerdos sobre qué papel debía jugar Podemos en el ejecutivo, lo que abocó a España a repetir elecciones, el domingo pasado, cuando la extrema derecha de Vox se convirtió en la tercera fuerza del país.

El nuevo acuerdo "es tan ilusionante que supera cualquier tipo de desencuentro que pudimos tener en los últimos meses", dijo Sánchez, quien selló el pacto con un abrazo con Iglesias. (I)